miércoles, 6 de abril de 2016

Me apeo y compro un cacho de libertad.


Empecé a trabajar en mi actual profesión a los 22 años y desde entonces y hasta hace tres cursos, en el Departamento de Educación las reglas de juego eran que a los 60 años podíamos jubilarnos con esos años de servicio. Yo he cumplido, parece que a satisfacción, mi parte del trato. No así la parte contratante de la primera parte. Se ha roto, como para tanta gente una parte importante de "nuestro contrato social."

Así las cosas y llegando a los 60 no tengo ninguna intención de tener que seguir trabajando hasta los 66 como dicen ahora que debo hacer en mi caso. Porque no puedo y porque no quiero. 

Así pues me compro un poco de tiempo y pasando página, paso a hacer otras cosas que me interesan, que me importan y que no sean obligatorias, hasta que me dure la cuerda. Más que un adiós es un me quiero.


No me lo ponen sencillo porque en estos momentos no nos lo ponen a nadie fácil, pero es una cuestión de necesidad y de principios. Creo que hay vida más allá del trabajo y del rebaño, ... aunque dicen que por aquí hace mucho frío.

1 comentario:

Elena G. dijo...

Retírate del trabajo y de la presión , no de la vida y de la diversión.

Es el momento de relajarse porque lo que has podido hacer por nosotros lo has hecho con creces.