He leido hace unas horas unos Twits de Arturo Perez Reverte
donde habla claro y se aprecia lo arraigada de esta costumbre de las
dietas, del tirar de tarjeta Visa y de los gastos
de representación de un Ayuntamiento, Diputacion o lo que se tercie
de la forma más natural. De vivir como Dios ,vamos, a costa del dinero de
todos y sin recortes. En los pueblos como recientemente en el nuestro parece
que se empieza a controlar un poco más, después de muchos años de que esto ha pasado sin
sonrojo de sus autores. Claro que si vemos la trayectoria que cita del amigo Anasagasti, ya sabemos
que solo imitan a pequeña escala lo que ven a sus "jefes". Además
parece que lo tienen como un buen ejemplo porque que yo sepa no les hemos visto devolver
todo lo fundido, ni siquiera denunciarlo ¿no?
Os dejo con su texto: "Voy a hablar de la “austeridad”
de los viajes que diputados y senadores llevan años haciendo por la cara. Me
pregunto muchas veces que pintará una delegación de parlamentarios en Río.O de
senadores en Estambul. O en Moscú. O en Pekín. O en Buenos Aires. A veces me los
encuentro en los aviones. Disfrutando de las oportunidades que ofrece ser padre
(o madre) de la patria. Lo que dure, dura. Viajando por la patilla, como
premio. Los viajes los asignan los portavoces de cada grupo parlamentario, y se
van turnando. Las criaturas. Unos viajan más y otros menos. Ellos y ellas.
Según le caigan de bien al jefe. Según se lo curren. Viajes con todo pagado,
decía. Y con dietas. Y no sólo los de ahora. También los de antes. Los de
siempre. A la hora de viajar y asignarse dietas, no hay ideologías que valgan.
Colegas totales. Ahí todos los partidos se llevan de puta madre. El senador
Anasagasti, por ejemplo. Anasagasti es de los que no se cortan con Iberia. Pese
a que no le gusta la bandera que llevan los aviones.
Viaja en ellos, por la patilla, más que el baúl de Lola
Flores. Viajes imprescindibles para esta España que tanto lo irrita, de la que
quiere irse. Y vaya si se va. A cada momento. Y en primera clase. Me cae
simpático y le llevo la cuenta: un par de viajes a China, toda Europa, Japón,
Hispanoamérica. México... Este espejo de demócratas no ha parado de viajar en
30 años. Anasagasti es la prueba de que ser diputado o senador es agotador. No
para uno de sacrificarse por la patria propia. O por la ajena.
Le calculo hasta ahora al señor Anasagasti, entre diputado y
senador, unos 50 viajes turísticos. Por lo menos. Él llevará mejor las cuentas.
Comprendo que no interese airear esas minucias. Calculen: de media docena a
docena de parlamentarios/senadores por viaje de esos que organiza el Senado.Una
semana de media. Hoteles, unos 200 € de media por noche. Cada billete a América
o Asia, unos 5.000 por cabeza, en primera clase. Multipliquen ustedes por doce
diputados y por siete días. Más o menos. Yo soy de letras.
Añádanles dietas para cada diputado o senador de 150 €
diarios. Esa cifra sí me la sé. Es chachi fetén. La he comprobado. Dietas
íntegras por las que no pagan IRPF, a diferencia de los funcionarios del Parlamento
o el Senado que los acompañan.Que esos sí pagan. Porque ésa es otra, viajan con
asistentes que sacan la tarjeta de embarque y hacen los trámites de
hotel, gestionan transporte local y demás.Asistentes (funcionarios sin paga de Navidad este año) que,naturalmente, hablan los idiomas que sus señorías no hablan. O poco.
Resumiendo: 150 euros de dietas diarias limpias, por la cara, pese al hotel
pagado. Lo que dure el viaje. O sea: si son 7 días de viaje con avión, hotel y
restaurante a menudo pagado, además 1.050 € para vicios y asuntillos propios.
Gasto menudo. Otro día, con calma, podríamos hablar también de los
parlamentarios españoles en Bruselas,dietas,viajes y gastos.
Como decían mi compadre Alatriste y la gente de su tiempo: “Para qué pasar hambre, si es de noche y hay higueras”. Esa afición a comer higos no la recorta nadie, oigan.
Pero a Manolo Sánchez, que cobra poco más de mil euros, le quitan la paga de
Navidad.
Así que tóqueme la flor, corneta."