Desde Ortuella: Lo que quiero sin querer // Iñaki Beitia.
miércoles, 8 de abril de 2015
Echenique "el cascao" a tope.
2 comentarios:
Anónimo
dijo...
Primero , que el Etxenique me cae muy bien. Hay que quitarse el sobrero con lo que hace con su vida.
Sin embargo quería apuntar que la deriva que va tomando la propuesta de esta organizacion,en primer lugar, me parece una apuesta muy cortoplacista, no rompe premeditamente el molde de la vulgata socialdemócrata, no plantea ningún horizonte de superación del capitalismo y no presta atención a la corrosión terminal de éste y al colapso que se nos viene encima. La deriva de Podemos es la de un partido atrapalotodo que no duda en defender unas fuerzas armadas garantes de la soberanía, asume un discurso nacional-patriótico y rehúye las definiciones ideológicas, a la manera, por cierto, de lo que hizo el PSOE en 1982.
Me parece casi peor que el proyecto correspondiente, dirigido por una cúpula jerarquizada, se asienta en lo que más parece una ficción de participación asamblearia, muy adaptada a la condición de muchos simpatizantes –no todos, claro- que son, sin más, activistas de Facebook, y consecuente, también, con el acatamiento de las miserias vinculadas con elecciones, partidos e instituciones. El panorama se completa con la certificación de que la ilusión que Podemos ha provocado en mucha gente se solapa con un escenario de inquietante desmovilización social y laboral. Aunque la responsabilidad al respecto no es exclusiva de ellos, no deja de sorprender que sus dirigentes no parezcan mayormente preocupados por ello. Esa cercanía a las instituciones y ese desdén por la movilización y por la lucha acaso se deben a que Podemos considera los movimientos sociales como meros resortes al servicio de un proyecto que dicta una vanguardia omnisciente, en un escenario que no puede estar más alejado del retratado por la palabra autogestión. Mucho me temo, en fin, que los dirigentes de Podemos, que creen encabezar un proceso que se encuentra bajo su control, bien pueden ser rehenes de un proyecto ideado por otros.
2 comentarios:
Primero , que el Etxenique me cae muy bien. Hay que quitarse el sobrero con lo que hace con su vida.
Sin embargo quería apuntar que la deriva que va tomando la propuesta de esta organizacion,en primer lugar, me parece una apuesta muy cortoplacista, no rompe premeditamente el molde de la vulgata socialdemócrata, no plantea ningún horizonte de superación del capitalismo y no presta atención a la corrosión terminal de éste y al colapso que se nos viene encima. La deriva de Podemos es la de un partido atrapalotodo que no duda en defender unas fuerzas armadas garantes de la soberanía, asume un discurso nacional-patriótico y rehúye las definiciones ideológicas, a la manera, por cierto, de lo que hizo el PSOE en 1982.
Me parece casi peor que el proyecto correspondiente, dirigido por una cúpula jerarquizada, se asienta en lo que más parece una ficción de participación asamblearia, muy adaptada a la condición de muchos simpatizantes –no todos, claro- que son, sin más, activistas de Facebook, y consecuente, también, con el acatamiento de las miserias vinculadas con elecciones, partidos e instituciones. El panorama se completa con la certificación de que la ilusión que Podemos ha provocado en mucha gente se solapa con un escenario de inquietante desmovilización social y laboral. Aunque la responsabilidad al respecto no es exclusiva de ellos, no deja de sorprender que sus dirigentes no parezcan mayormente preocupados por ello. Esa cercanía a las instituciones y ese desdén por la movilización y por la lucha acaso se deben a que Podemos considera los movimientos sociales como meros resortes al servicio de un proyecto que dicta una vanguardia omnisciente, en un escenario que no puede estar más alejado del retratado por la palabra autogestión. Mucho me temo, en fin, que los dirigentes de Podemos, que creen encabezar un proceso que se encuentra bajo su control, bien pueden ser rehenes de un proyecto ideado por otros.
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