Un hombre al morir pidió a sus familiares tres cosas: Que su ataúd fuese cargado por los mejores médicos de la época. Que los tesoros que tenía , fueran esparcidos por el camino hasta su tumba. Que sus manos quedaran en el aire fuera del ataúd a la vista de todos.
Y cuando alguien asombrado le pregunto cuáles eran sus razones, él explicó que quería que los más eminentes médicos cargasen su ataúd para demostrar que no tienen ante la muerte el poder de curar; que quería que todos pudiesen ver que aquí quedan los bienes materiales aquí conseguidos; y que las personas al ver sus manos fuera del ataúd, pudieran ver que sin nada en las manos venimos y con las manos vacías partimos.
Y por tanto que el tiempo es el tesoro más valioso que tenemos; que ese tiempo no lo logramos y nos viene dado ; y que el mejor regalo que le puedes dar a alguien es tu tiempo.
2 comentarios:
Gran mensaje en estos tiempos terribles.
Unkigarria benetan!
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