domingo, 9 de julio de 2017

Cuento para hoy: Desaparecer.


Sin beso de buenas noches se dormía cada noche en su litera sin colchón, con un fontanero polaco, con la boca salada y una pelea de gatos en la barriga. Soñó un tiempo que su madre regresaba, hasta que el hambre devoró incluso sus sueños infantiles. Nadie hablaba de ello pero él había hecho un inquietante descubrimiento: la gente del barracón –probablemente, toda la del campo– adelgazaba progresivamente hasta que un día ceniciento desaparecía. Llegaban nuevos compañeros y vuelta a empezar.
Tras tanto tiempo allí, adelgazando sin desaparecer, llegó a creerse invisible y una mañana, convencido de que pasaría desapercibido, caminó feliz hacia la valla.


Salvador Terceño.

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