Hoy ya sabemos de forma bastante
clara que la radiación electromagnética afecta al sistema nervioso, inmunitario
y endocrino.
Que generan una alteración del
sistema endocrino por dos vías principales. Por un lado, la afectación del
reloj biológico central, que altera las señales eferentes del reloj hacia
hipotálamo y glándula pineal. A nivel hipotalámico, se puede alterar la
producción rítmica de los factores u hormonas hipotalámicas que regulan a su
vez la producción y secreción de las hormonas de la hipófisis, dando lugar a
una alteración endocrina global. Por otro lado, la alteración de la producción
rítmica de la melatonina pineal da lugar al mecanismo conocido como
desincronización interna, con lo que el ritmo circadiano de las hormonas
(incluyendo las hormonas hipotalámicas e hipofisarias anteriormente citadas) se
altera también. En consecuencia, y dependiendo de la afectación producida por
los Campos Electromagnéticos, se producirá un trastorno endocrino más o menos
severo.
Los órganos más afectados son el
cerebro y el corazón, que funcionan con
campos de 1 picoTesla y 50 picoTeslas,
respectivamente, y pueden alterarse con relativa facilidad. Asimismo, los
tejidos con una proliferación celular más elevada, como la médula ósea, son muy
susceptibles al daño los campos electromagneticos. Pero existe una alteración
sistémica global que afecta al sistema neuroinmunoendocrino, reduciendo la
capacidad de defensa del organismo, aumentando la susceptibilidad a patologías como la irritabilidad, cefaleas,
trastornos del ciclo sueño/vigilia, insomnio y somnolencia diurna, alteraciones
sensoriales, alteraciones del humor, depresión); cardiovasculares (alteraciones del
ritmo cardíaco, hipertensión arterial); reproductivos ( alteraciones del ciclo
menstrual, infertilidad, disminución de la libido, abortos); tumorigenesis
(principalmente leucemias y tumores cerebrales); dermatológicos (dermatitis y
alergias); endocrinos (alteraciones cortisol, insulina, hormonas tiroideas), e
inmunológicos (alteración del sistema de inmunovigilancia antiinfecciosa y
antitumoral), entre otros trastornos.
Pero como ves estos síntomas no son solo típicos de la
exposición a campos electromagnéticos, ya que también pueden causarlas otras muchas cosas.
Si tenemos en cuenta la conexión
entre los distintos sistemas del organismo, lo que llamamos sistema psiconeuroinmunoendocrino,
nos daremos cuenta que la alteración de uno de ellos afecta al resto de los
sistemas, de ahí la gran variedad de síntomas que aparecen a
consecuencia de la exposición no controlada a estos campos.Debemos de tener además en
cuenta la variabilidad de la sensibilidad personal, aunque está probado que
niños embarazadas y ancianos son las poblaciones más sensibles.
El efecto dañino de los campos electromagnéticos
en este sentido no es fácil de probar de forma directa (causa-efecto) e inmediata , pero en el momento
actual habría que anteponer el criterio de la duda razonable y evitar en lo
posible la exposición a la población de más riesgo. Con lo que ya sabemos es mejor
prevenir .
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