sábado, 20 de febrero de 2016

¿Dónde están los refugiados?


Aquí como a muchos estados europeos los refugiados no han llegado, al menos en el número que se preveía durante el 2015. El gobierno español aceptó que España acogerá más de 19.000 procedentes de Grecia y de Italia, pero van pasando los meses y, a día de hoy, han venido sólo unos pocos. Y, entonces, las personas de buena voluntad, entidades cívicas, ayuntamientos y Gobierno Vasco, que se habían preparado para ofrecerles una acogida digna, se preguntan: ¿dónde están los refugiados? Pregunta a la que intento responder con la siguiente hipótesis:
El perfil de las personas refugiadas que llegan a Europa sería mayoritariamente el de aquellas que tienen todas o alguna de las siguientes características: ciertos recursos económicos, una red relacional ya instalada en el continente o una buena formación profesional. Constituiría, pues, un colectivo que cuando comienza la huída ya ha diseñado un proyecto vital de futuro. La estancia en los campos de acogida de Grecia y de Italia sería sólo un espacio temporal en el tránsito hacia este proyecto. Ciertamente, a Europa llegan muchas (900.000 en 2015 según Eurostat), pero son muchas más las que, por ejemplo, se han desplazado dentro del territorio sirio (4.000.000) o que se han instalado en los países del entorno, especialmente en el Líbano (1.200.000), Jordania (650.000) y Turquía (1.900.000) en condiciones de gran precariedad y sufrimiento. Y estas son las que no tienen dinero para pagar a los traficantes, que no tienen parientes en Europa, que sólo hablan árabe o que tienen profesiones con pocas perspectivas laborales.
Este hecho, entre otros, explica el porqué los puntos de estancia no se han saturado hasta dimensiones monstruosas. Sencillamente, porque las personas refugiadas en Europa siguen un camino que no tiene como meta ni España, ni Portugal, ni Francia, ni los países del sur, sino que buscan las condiciones sociales y, sobre todo, las oportunidades laborales de los países nórdicos, de Alemania, de Austria…
Si la hipótesis que planteo fuera cierta, también explicaría el porqué de las dificultades de gestionar los reasentamientos desde los campos hacia los diferentes estados de la Unión Europea que han mostrado su disposición a acogerlas. ¿Cómo organizarlo si la movilidad de los refugiados es alta y si una buena parte tienen perfectamente claro el país donde quieren retomar su vida? 

Y encima ahora nos llega la noticia de que hay miles de menores que han desaparecido desde que han llegado a Europa, y que podrían estar en manos de redes de explotación.

Los traficantes de seres humanos y su dinero organizando el camino hacia Europa. Las consecuencias de esta desigual distribución son evidentes: mientras que algunos estados lo miran de lejos, otros como Suecia y Alemania empiezan a tener un número de personas refugiadas difícilmente gestionable. Y entonces aparecen los conflictos, el miedo y la intolerancia y la xenofobia.

1 comentario:

Carlos dijo...

Me gustaría saber dónde están todas aquellas gentes que celebraron con alegría el Nobel de la Paz concedido a la UE. Igual son las mismas personas que despreciaron a quienes, diez años atrás, avisaron de las miserias de la mal llamada Constitución europea. Ahora, como de costumbre, callan