sábado, 19 de diciembre de 2009

Navidad, navidad, dulce navidad

Hay fechas y sitios en los que los seres humanos logramos disimular nuestra presunta inteligencia hasta hacerla desaparecer.Nuestras ciudades,como casi todas las ciudades de este Primer Mundo tan rebosante de sí mismo, se han convertido de repente en una pasarela en la que hemos pasado del gimoteo constante, a olvidar la palabra crisis. El empleo no deja de caer y miles y miles de consumidores (antes llamados ciudadanos) nos movemos en comandita guiados por señales luminosas situadas en los escaparates que nos atraen y luego repelen tras pasar por caja. Los semáforos son un excelente punto de observación sociológica. Los peatones pasan la tarde en idas y venidas como si necesitasen a toda costa revolotear para ser felices. Están las personas-ariete que penetran en tropel en los grandes almacenes practicando una ley de Arquímedes capitalista: todo enjambre que se sumerge en una tienda desplaza la misma cantidad de enjambre por otra puerta.Otros hacen con los retoños la ruta del Belén o la de Cortylandia, embobados con los muñequitos o sus figuras, otro sucedáneo de la felicidad animada.¿Que seriamos si no vamos de tiendas? Las aceras están tomadas por la riada humana que consume, bendecida ahora más que nunca por el poder y la TV porque "el consumo nos sacará de la crisis". Tiramos-gastamos el dinero y la energia que no tenemos y en estas fechas se nos nota el aire de nuevos ricos en la cabeza y cuentas no tan ricas en los bolsillos. Pura economia sostenible....Y necesidad urgente de que nos miren lo de dentro.

8 comentarios:

Laura dijo...

Tal y como lo siento os digo que me encanta la temporada navideña y parezco sacada de otro planeta cuando lo digo porque, justo en ese momento, es cuando surgen a mi alrededor un sinfín de detractores de esta época que intenta apagar todas las luces que iluminan las calles.
Pues yo siento estropear ese malhumor ante las fiestas de Navidad pero como a otros les gustan las Hogueras, las Fiestas de San Felix, las Fallas o los Sanfermines a mí me gusta la Navidad, la decoración, los colores, el aroma de la festividad, las compras de última hora, la cara de sorpresa al abrir los regalos, el árbol lleno de luces y hasta los polvorones. Que ya tiene merito.

Laura

Neli dijo...

Gaur ikusi dut, azkenean, daukazuen blog ospetsu hori eta zoriontzeko modukoa da. Jarraitu horrela!!!

Maria C. dijo...

Yo creo como alguien antes que yo dijo, que felicidad no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace.

Anónimo dijo...

El otro dia a mi hijo en el correo le llegó esta curiosa carta a los Reyes:

Queridos Reyes Magos, este año de crisis por favor mandad ropa para todas aquellas pobres mujeres desnudas del ordenador de mi papá.

Gracias.

Paco dijo...

Os reboto la campaña de dos nuevos medicamentos para esta época de crisis (necesarios también en fiestas) que me ha pasado un amigo entrañable: "Melasuda" y "Keosden". (¡Ya en tu farmacia!)

http://www.youtube.com/watch?v=i_VCyKG5kWI

Y para los niños, ahora que ha nevado, éste bonito 'experimento' :

Tu nombre en la nieve.

1º.- Haz click en la dirección de abajo

http://www.star28.net/snow.html

2º.- Escribe tu nombre en el recuadro blanco donde pone la palabra Message

3º.- Haz click donde pone Submit

4º.- Y; ya veras que ¡¡¡¡ SORPRESA!!!

Clauss. dijo...

En estos dias no veo más que personas aceleradas y preocupadas porque todavía no han comprado los regalos de Navidad.
Tengo la impresión de que más que regalar, lo que quieren es no faltar a un compromiso con los demás, no defraudar expectativas y quedar bien. En resumen que el regalo es lo de menos, que vayamos donde vayamos hay una valla publicitaria, un altavoz, un supermercado, unos grandes almacenes, un villancico, un comprador compulsivo o no cargado de bolsas, un alumbrado navideño que nos recuerda que supuestamente tenemos un compromiso comercial con los demás.

Sin embargo es cierto que tenemos un compromiso con los demás, pero el compromiso no es comercial, sino personal, afectivo, vital.

perikles dijo...

Eskerrik asko berriz ere Rafa, gaur apur bat lasaiago egingo dut lo.

Mundu justu eta askeagoaren alde borrokatzen duten horiei guztiei Benito Lertxundiren kanta eder hau eskeini nahi diet; Ni Olentzero naiz
eta Utopiaren bila zabiltzatenoi besarkada handi bat.

Anónimo dijo...

Ya ves como está el mundo. La inocencia y la bondad de la niñez se convierten en obscenidad y malicia en el adulterio.
¡Vaya papá más descuidado!