Un joven novicio llegó a un monasterio y le asignaron la tarea de ayudar a los otros monjes a transcribir los antiguos cánones y reglas de la Iglesia. Pronto se sorprendió de que todos los monjes lo hacian a partir de otras copias y no de los manuscritos originales.
Un diá le comentó al Abad que si alguien hubiese cometido un pequeño error en la primera copia, ese error se propagaría a todas las copias posteriores . El padre Abad le respondió que siempre fué así, que ellos copiaban a partir de la copia precedente.
Sin embargo movido por la duda, el abad bajó a las profundidades del monasterio, una cava donde están conservados los manuscritos y pergaminos originales. Hace siglos que nadie ha puesto los pies allí. Y allí pasó la mañana entera, …la tarde, … la noche. No daba señales de vida. La preocupación creció y decidieron bajar a ver qué es lo que pasaba.
Un diá le comentó al Abad que si alguien hubiese cometido un pequeño error en la primera copia, ese error se propagaría a todas las copias posteriores . El padre Abad le respondió que siempre fué así, que ellos copiaban a partir de la copia precedente.
Sin embargo movido por la duda, el abad bajó a las profundidades del monasterio, una cava donde están conservados los manuscritos y pergaminos originales. Hace siglos que nadie ha puesto los pies allí. Y allí pasó la mañana entera, …la tarde, … la noche. No daba señales de vida. La preocupación creció y decidieron bajar a ver qué es lo que pasaba.
Encontraron al Abad con la mirada ida, las vestiduras desgarradas, la frente ensangrentada, golpeándose sin parar la cabeza contra los humedos muros.
Y al preguntarle ¿qué le sucede? , con un hilillo de voz este solo repetia una y otra vez .... ¡CARIDAD!... ¡CARIDAD!... ¡Era voto de "caridad"... no de "castidad"!
1 comentario:
Hola Iñaki acabo de leer tus enlaces y me alegra tenerte entre nosotros, dime como puedo participar contigo ya que stoy a tu disposicion.- FELIZ DIA DEL TRABAJO para ti y todos los que colaboran contigo.- PD: Muy bueno lo de Gaurko Ipuina sobre la anegdota del monasterio, seguro que hay errores en las santas escrituras de todas las religiones.- Un gran abrazo
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