Desde dentro.

Hace meses que mi vida política y la de Ezker Batua siguen caminos distintos. Nada queda ya de aquella ilusión con la que entré en la organización, y con la que me presenté a mis primeras elecciones municipales.
La transparencia, la horizontalidad, la ética y la lógica entre el discurso y la práctica que deben imperar en toda organización política de izquierdas, pronto descubrí que hacia tiempo que brillaban por su ausencia en Ezker Batua.
Pero sin duda, el desarrollo de la asamblea general del pasado año fue la gota que colmo el vaso. Con el apoyo del PCE/EPK a la dirección, a cambio de “un plato de lentejas”, el sector Madrazista tenia control absoluto para dirigir todo el proceso a su antojo, y así fue: manipulaciones de censos, con afiliaciones en masa; normas asamblearias calculadas para asignar mayor numero de delegados a los municipios donde mas apoyos tenían, y todo tipo de artimañas para dificultar que las personas de los sectores críticos pudiesen votar. Fue un trámite nauseabundo, desvirtuado totalmente por la absoluta falta de democracia y transparencia, pero maquillado con una impecable puesta en escena y decorado.
Esa asamblea fue sin duda la sentencia de muerte de Ezker Batua, y esta se materializó el pasado 1 de marzo, con la debacle que han supuesto las elecciones autonómicas para la organización. No hay que mirar que se ha pasado de 3 parlamentarios a 1, porque la verdad es que se ha estado realmente cerca de mantener los 3. Lo verdaderamente trágico y que exige un periodo de reflexión es que el 46% de las personas que hace 4 años dieron su apoyo a la organización, han dejado de confiar en ella.

Tal vez si sea cierto que el poder cambia a las personas, y que nadie esta libre de mancillar sus principios por mantener su pequeño espacio de poder. Pero lo cierto es que esta forma de actuar, desgraciadamente tan extendida en la política, le ha pasado factura a Ezker Batua. No puedes unirte al sistema como una pieza del puzzle más, si tu objetivo es cambiarlo. Y solo cuando puedas mantener tu discurso y a la vez actuar en consecuencia, es cuando tu participación gubernamental esta justificada.
La presencia en el Gobierno Vasco pasó de ser un medio para aplicar autenticas políticas sociales, a un fin en si mismo, que permitiese mantener una estructura de “liberados” fieles que apoyasen cualquier tipo de decisión de la dirección, y de esta forma le garantizase a la misma un respaldo mayoritario en los órganos internos de decisión. Un círculo vicioso que ha estrangulado a la organización y la ha llevado a la situación actual.
Pero no lo negaré ni tan solo un momento: la gestión que Ezker Batua ha llevado en el gobierno ha sido francamente buena. Cierto es que se han cometido errores. Lógico, gobernar un país no es fácil. Pero cometer errores no es algo traumático si se es capaz de aprender de ellos. Evidentemente, habrá experiencias personales de todo tipo, pero solo hay que ver como ha funcionado el departamento de vivienda los últimos 8 años y compararlo con años anteriores en Euskadi o durante el mismo periodo de tiempo en el resto del estado. Tras las elecciones, con la carta de dimisión de Javier Madrazo sobre la mesa, pude leer y oír comentarios que me parecieron totalmente desproporcionados e injustos, muchos de estos por individuos militantes o asalariados de organizaciones mas apegadas al poder que Ezker Batua.
Que una organización con 3 parlamentarios de 75, sea capaz de sacar adelante leyes como la de vivienda, o la de dependencia creo que dice mucho a favor de la labor desempeñada en el Gobierno Vasco,… y me hace pensar lo que podría haberse llevado a cabo, y desgraciadamente quedó guardado en un cajón, de haber tenido mas representación institucional.
No puedo finalizar esta reflexión, sin asumir mi parte de culpa. Yo mismo fuí participe, en mis comienzos, de acciones de las que no me siento orgulloso. Lo acontecido en Ortuella en las pasadas elecciones municipales jamás tendría que haber ocurrido en una organización de izquierdas. En cambio, las luchas internas dejaron sin representación institucional en el municipio a una gran cantidad de personas que confiaron en nosotros.
No puedo justificar (ni he intentado hacerlo nunca) con mi inexperiencia, algunas acciones de las que fui brazo ejecutor, y que contribuyeron a crispar el ambiente dentro de la asamblea, con el resultado que todos conocemos.
Ahora toca mirar hacia adelante… sin olvidar el pasado. Porque aquel que intente omitir lo pasado, estará condenado a cometer en el futuro, los mismos errores que cometió entonces.
Formar parte de Ezker Batua, ha sido para mi, un paso en falso del que he aprendido muchas cosas, por desgracia no todas buenas, y que no ha hecho mas que incrementar mis ganas por formar parte de un proyecto capaz de ilusionar a la gente, priorizando a las personas ante cualquier cosa, y haciéndolas participes del cambio que este mundo injusto en que vivimos necesita.

Ernesto Docampo