Javier, es el hombre más triste del mundo, sale a diario a comprar el pan a las ocho junto a Beltza, su perra. Para llegar a la panadería, siempre cruza el parque y suele ver a su amigo Martín regando las plantas de la entrada de su casa. Casi nunca se saludan.
Hoy Javier lleva a Beltza atada con la correa gris. Juntos,como siempre, doblan la esquina, entran a la tienda y como siempre pide dos baguetes y hoy 200 gramos de iberico.
Mientras la chica le prepara el encargo, se da cuenta de lo que le han hecho, y empieza a llorar. Su mujer se ha fugado con el profesor de padel. Patético. Y él para San Valentín le encargó un par de raquetas Varlion Lethal Weapon Carbon Overframe con la empuñadura grabada con sus nombres.
Pasan tres horas hasta que las lagrimas le dejen y para entonces ya no es la hora del desayuno. Javier se va sin pan ni jamón.
Hoy Javier lleva a Beltza atada con la correa gris. Juntos,como siempre, doblan la esquina, entran a la tienda y como siempre pide dos baguetes y hoy 200 gramos de iberico.
Mientras la chica le prepara el encargo, se da cuenta de lo que le han hecho, y empieza a llorar. Su mujer se ha fugado con el profesor de padel. Patético. Y él para San Valentín le encargó un par de raquetas Varlion Lethal Weapon Carbon Overframe con la empuñadura grabada con sus nombres.
Pasan tres horas hasta que las lagrimas le dejen y para entonces ya no es la hora del desayuno. Javier se va sin pan ni jamón.
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