“¿Están seguros nuestros ahorros? ”
CHARLA EN EL SALON GORBEA / GORBEIA ARETOAN HITZALDIA
Hizlaria : Mikel de la Fuente
Profesor de la Escuela de Relaciones Laborales de la Universidad del Pais Vasco.
LUNES 13 de OCTUBRE A LAS 19 HORAS
Urriaren 13ean, ASTELEHENEAN – 7etan.
Hizlaria : Mikel de la Fuente
Profesor de la Escuela de Relaciones Laborales de la Universidad del Pais Vasco.
LUNES 13 de OCTUBRE A LAS 19 HORAS
Urriaren 13ean, ASTELEHENEAN – 7etan.
Plural/ Anitzak elkarteak antolatuta.
5 comentarios:
No, nuestros ahorros no están seguros,....y lo peor es que dudo mucho que "experto" local alguno consiga haceros luz sobre un fenomeno que se ha desatado por la pura irracionalidad, insostenibilidad y ambición de una pequeña parte, pero muy influyente de la humanidad que se ha dedicado a comerse una porción de la tarta muy por encima de cualquier racionalidad, y todo eso jaleado por toda una clase dirigente que ha promovido y fomentado entre la gente unos valores que han confundido vivir bien con tener de todo en cualquier momento y de cualquier forma y propiciar que tener y tener cada vez más cosas es signo de exito en la vida, que desarrollarse pasa por tener mucho, sin tener en cuenta a costa de quien.Y cualquiera para ahora la bola.O peor aún cuando la bola de nieve se la pegue los damnificados tienen mucha pinta de ser los de siempre, los que son los más humildes, los que menos tienen. Los demás, las clases medias pasarán miedo, hablaran en las cafeterias, verán acojonados los telediarios y poco más.
Que Alá nos pille confesados.
Cuando hablamos de ahorros no solo nos referimos al poco o mucho dinero que tengamos recogido en algún banco, hablamos del dinero invertido en bolsa, hablamos del dinero invertido en planes de pensiones, hablamos incluso del dinero con el que la seguridad social ha de garantizar nuestra jubilación.
En Junio de 2.007 el gobierno aprobó invertir en bolsa parte del fondo de Reserva de la Segurdad Social, Acuerdo al que llegó con la complicidad de los dos grandes sindicatos CC.OO y UGT. En aquel momento la Sra. Fernandez de la Vega decía "este proyecto de ley, acordado por empresarios y trabajadores, persigue conseguir rentabilidades más cercanas a las que persiguen los inversores privados". Desconozco en que estado está el desarrollo de la ley, pero miedo me da pensar que con la crisis bursatil parte de ese fondo se haya diluido en el tiempo, como lágrimas en la lluvia ( Blade Runner ).
Es una vergüenza que los bancos de al lado de casa como la BBK, la LABORAL... desaparezcan del mapa en estas ocasiones a pesar de que es asombrosa toda la información que mandan habitualmente para captar nuestro dinero, para liarnos a pedir créditos que no necesitamos, para abrir planes de pensiones que cotizan en bolsa y que no explican a gente sencilla, y para tantas y tantas cosas que no nos interesan, radios, aspiradoras, cuberterias...mierdas.
Es ahora, en estos momentos en que la gente normal, la gente que no entiende nada, la gente que se acojona al ver que los ahorros de su vida se esfuman, la gente que se pone nerviosa con los mensajes tranquilizadores del gobierno es ahora cuando esa gente necesita vuestra información. Pero ni una sola carta. Ni un solo mensaje.
El más asqueroso de vuestro silencio cómplice.
Nadie les avisa que los cuatro millones que tenían en el banco en BASKEPENSIONES en la "opción 60" se han quedado reducidos a la mitad y que si alguien les hubiera dicho que tal como iban las cosas, en febrero, o en julio, con una simple llamada teléfonica no habría pasado nada, o casi nada.
Pero el director de la sucursal estaba ocupado en salvar sus trastos (si, ese que te convenció para que abrieses el fondo en...)y los currelas, pues eso sin ninguna responsabilidad, simplemente tramitan.
Tu abuelo, mi madre, la tía de mi amiga...
¿Seguro que sólo son víctimas del sistema? ¿Y las personas habituales no tienen ninguna responsabilidad?
¿En la guerra solo son asesinos los generales? o los comandantes, los sargentos, los cabos, los soldados...
Me pregunto.
Cojas lo que cojas para intentar aclararte, lo que me encanta de esta situación es que, por fin, la gente de la calle se está preocupando de la economía, dándose cuenta de la enorme repercusión que tiene en sus vidas lo que hagan los responsables económicos de gobiernos y empresas. Siempre he pensado que en las escuelas se deberían enseñar principios prácticos de economía, desde abrir una cuenta bancaria hasta conocer el significado y el uso del EURIBOR. Así evitaríamos que, por ejemplo, tantas personas (no me imaginaba que fueran tantas) sigan pensando que los bancos guardan en algún sitio nuestros billetes y monedas y que si una mañana nos da a todos por ir a retirarlos nos los van a dar sin problemas.
Yo era de esos tipos que acudía confiadamente al banco a depositar mis ahorros, firmar hipotecas y otros documentos y hacer transferencias dinerarias. Y después les estrechaba la mano.
Yo era de esos tipos que confiadamente depositaba mi confianza en las operaciones financieras que ellos hacían con mi esfuerzo, es decir, con mi dinero, sin saber a ciencia cierta si especulaban con él, cómo y dónde, qué compraban y vendían, cuánto obtenían y con quien negociaban. Y les estrechaba la mano.
Yo era de esos tipos que confiadamente me dejaba aconsejar por quien se suponía sabía más que yo (¡qué gran verdad!) y me orientaba sobre qué productos bancarios eran más interesantes para mi capital, con el plus añadido de que, además, contribuía a sus obras sociales y al apoyo económico de organizaciones civiles de ayuda a colectivos desfavorecidos. Y les estrechaba la mano.
Yo era de esos tipos que confiadamente podía añadir ejemplos y ejemplos de casos en que deposité mi confianza en esos fulanos porque supuestamente el sistema me protegía de las díscolas decisiones y orgiásticas farras que se corrían a mi cuenta. Y lo grotesco del asunto es que al estrecharles la mano les estaba dando, simbólica y tácitamente, mis bendiciones para que actuasen según lo acordado en cada momento.
Ahora soy de esos tipos, no sé si muchos o pocos, a los que todavía (y toco madera) no le han asaltado la cuenta bancaria, pero soy de los muchos que, cada vez más desconfiadamente, nos dormimos recordando el aserto de que donde hay humo hay fuego. Yo, que siempre me dormía pensando en lo bueno de mañana.
Ahora, y gracias a esos fulanos que además permiten que otro fulano como Bush se erija en paradigma de la solvencia y la confianza mundial, soy de esos tipos que camina al bies para tratar de ver de qué lado le van a venir; que cancela cuentas en ciertos bancos y abre las justas para pagar el alcantarillado y gracias, que retira confianza y apoyo económico a ciertas organizaciones, y que en solidaridad con el resto de mis congéneres víctimas de la estafa cometida sobre nuestra confianza, extiendo mi brazo derecho, doblo mis dedos índice y anular y extendiendo el medio les mando allí donde termina la columna vertebral.
Y les recuerdo, con elegancia renacentista, que para recuperar mi confianza lo primero que tienen que hacer es plantearse una cuestión de desconfianza. Luego, ya veremos.
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