Maquiavelo estaba sentado en una plaza de Florencia, analizando cómo iba a reconquistar el favor del príncipe Lorenzo de Médicis nuevamente. Una mosca le acosaba mientras reflexionaba, la espantó con su sombrero de forma violenta. Luego, observó cómo el insecto voló a posarse sobre un perro, acto seguido comenzó a lamerle el culo. Pegó un salto de alegría y dio su problema por resuelto.
Daniel Montoly
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