Se tumbó sobre la hierba fresca, a los pies del estanque de agua transparente. Metió la mano en el agua, y formó pequeñas olas. Al volverse, para buscar dinosaurios en las nubes, una rana se acercó a él.Tras subirse a su hombro, le besó en la mejilla. Despertó convertido en rana.
Dio saltos de alegría, mientras descubría nuevos lugares y colores, con sus grandes ojos saltones.
Una niña que por allí pasaba, lo encontró y se lo llevó a su casa. Su nueva mascota pasó los días feliz, escondida en una caja en su cuarto, disfrutando de su nueva amiga, y del secreto.
Años más tarde, siendo ya un abuelo, le gusta sentar a sus nietos sobre sus rodillas, y contarles como conoció a la abuela, y como, su primer beso fue croando.
1 comentario:
Mejorais con el tiempo como los buenos vinos. Lo de los cuentos es un sitio para disfrutar.Animo y adelante
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