miércoles, 26 de abril de 2017

De populismos y otras hierbas:


Estoy  desconectando inmediatamente de cualquiera que para rebatir, o comentar, o no analizar,  lo que alguien dice  le adjetiva de populista  , (y otra versión es tacharlo de malos modales) , y se queda tan pancho y sin hacerse eco de la sustancia de lo que se dice. Me entra una desgana tremenda  seguir oyendo a esos elementos.

Vamos sin embargo a pensar un poco sobre  esta palabra-invasión , que se ve ha venido para quedarse una temporada: Una definición de populismo que  me parece interesante es la de John Julis :  “un sistema de detección precoz de problemas importantes que los principales partidos minimizaron o ignoraron”.  Se trata de la detección, no de la solución propuesta a esos problemas: por eso puede haber populismos de izquierdas y de derechas y por eso molesta tanto esa palabra a los establecidos  en las poltronas, porque pone de relieve sus olvidos o sus injusticias.

Por distanciarnos un poco, lo que ha pasado en Estados Unidos puede servir de ejemplo. Las clases medias de ese país han disminuido y se han empobrecido llamativamente en los últimos años. Tanto Sanders como Trump detectaron ese problema al que ni los partidos ni los medios de comunicación, que son sus acólitos, habían querido prestar atención. Sanders levantó su bandera proponiendo subidas de impuestos que acabaran con los privilegios reaganianos, y un estado mucho más social en salud, educación etc. Trump apelaba a ese mismo problema como arma electoral pero, para arreglarlo, prometió cosas muy distintas: como acabar con las deslocalizaciones de empresas que (aun funcionando suficientemente bien en USA) deciden irse a Bangladesh para ser “más competitivas”, y acabar con los flujos de inmigrantes que son, en buena parte, consecuencia de la manera como el “primer mundo” ha venido tratando al “tercero” desde tiempo inmemorial…
Así se comprende que muchos que votaban por Sanders en las primarias demócratas, acabaran luego votando por Trump en las elecciones generales. Se comprende también por qué muchos analistas decían que Sanders hubiese derrotado a Trump con más facilidad que Hillary Clinton.
Y luego vino lo que vino….

Desgraciadamente, para las mayorías funciona mucho mejor refutar a quien tiene razones, colocándole etiquetas o palabras bien o malsonantes, que respondiéndole con otras razones. Y además recordemos que hemos entrado en la época de la “postverdad”( hasta el Oxford Dictionary ha aceptado ya esa palabra) y en  ella según la definición de dicho diccionario “ las cosas ya no se razonan ni se deciden con argumentos, sino con sentimientos.” Y los sentimientos son inapelables.

Por eso antes de dejar de escuchar y leer a los que tanto usan populismo, quisiera  decirles parodiando una frase muy conocida del obispo Helder Camara: “vosotros habláis mucho contra el populismo. Pero he de deciros una cosa: la causa del populismo sois vosotros”.

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