Una reflexión sobre la peli: La vida de Pi' es otra película con una arrolladora potencia visual de Ang Lee, director que ya ganó un Oscar con 'Brokeback Mountain'. Basada en la novela del canadiense Yann Martel (uno de los mayores éxitos editoriales de la pasada década), la película cuenta la historia de una historia: el asombroso relato de un naufragio narrado en primera persona por el protagonista de la película, Pi Patel, a un joven escritor que busca inspiración para un nuevo libro. La historia es tan alucinante, asegura Pi a su joven interlocutor, que «te hará creer en Dios». Lo que se cuenta a continuación (y sobre todo cómo se cuenta) es un viaje que posiblemente te dejará una huella imborrable , independientemente de tus creencias. El propio Yann Martel ha escrito que la adaptación cinematográfica de su novela lograda por Ang Lee es «imponente, valiente, inteligente y emocionante». 'La vida de Pi' es imponente porque el bellísimo torrente de imágenes y la majestuosa explosión de color que ofrece para contar la odisea de su héroe a bordo de una pequeña barca en alta mar, acompañado tan sólo de un hambriento tigre de bengala, son sencillamente prodigiosos. Es valiente porque el desafío artístico y tecnológico de rodar una película de estas colosales dimensiones, sin naufragar en el intento, es innegable. Es inteligente porque la obligada relectura de toda la película que provoca su desenlace final lleva al espectador a una reflexión profunda sobre la necesidad humana de inventar historias para soportar la realidad. Y es emocionante porque Pi simboliza esa insólita criatura soñadora que es el 'Homo sapiens', con la que todos nos podemos identificar. Lee ha dicho que 'La vida de Pi' «trata sobre el valor del relato y la importancia de compartir historias». Al final de la película, no sabemos cuánto era realidad y cuánto era fantasía en el impactante relato de Pi, de la misma manera que en la vida real nunca podemos tener respuestas definitivas a las últimas preguntas sobre nuestra existencia. Las personas necesitamos historias para darle sentido a su vida. 'La vida de Pi' no creo que lleve a nadie a creer en Dios, pero puede mantener viva nuestra fe en el cine como una gran fábrica de sueños que nos ayuda a respirar en un mundo poco respirable. Como el héroe de la película, estamos en medio de un naufragio, pero quizás la creatividad y la imaginación puedan salvarnos.
3 comentarios:
Una reflexión sobre la peli:
La vida de Pi' es otra película con una arrolladora potencia visual de Ang Lee, director que ya ganó un Oscar con 'Brokeback Mountain'.
Basada en la novela del canadiense Yann Martel (uno de los mayores éxitos editoriales de la pasada década), la película cuenta la historia de una historia: el asombroso relato de un naufragio narrado en primera persona por el protagonista de la película, Pi Patel, a un joven escritor que busca inspiración para un nuevo libro. La historia es tan alucinante, asegura Pi a su joven interlocutor, que «te hará creer en Dios». Lo que se cuenta a continuación (y sobre todo cómo se cuenta) es un viaje que posiblemente te dejará una huella imborrable , independientemente de tus creencias.
El propio Yann Martel ha escrito que la adaptación cinematográfica de su novela lograda por Ang Lee es «imponente, valiente, inteligente y emocionante». 'La vida de Pi' es imponente porque el bellísimo torrente de imágenes y la majestuosa explosión de color que ofrece para contar la odisea de su héroe a bordo de una pequeña barca en alta mar, acompañado tan sólo de un hambriento tigre de bengala, son sencillamente prodigiosos. Es valiente porque el desafío artístico y tecnológico de rodar una película de estas colosales dimensiones, sin naufragar en el intento, es innegable. Es inteligente porque la obligada relectura de toda la película que provoca su desenlace final lleva al espectador a una reflexión profunda sobre la necesidad humana de inventar historias para soportar la realidad. Y es emocionante porque Pi simboliza esa insólita criatura soñadora que es el 'Homo sapiens', con la que todos nos podemos identificar.
Lee ha dicho que 'La vida de Pi' «trata sobre el valor del relato y la importancia de compartir historias». Al final de la película, no sabemos cuánto era realidad y cuánto era fantasía en el impactante relato de Pi, de la misma manera que en la vida real nunca podemos tener respuestas definitivas a las últimas preguntas sobre nuestra existencia. Las personas necesitamos historias para darle sentido a su vida. 'La vida de Pi' no creo que lleve a nadie a creer en Dios, pero puede mantener viva nuestra fe en el cine como una gran fábrica de sueños que nos ayuda a respirar en un mundo poco respirable. Como el héroe de la película, estamos en medio de un naufragio, pero quizás la creatividad y la imaginación puedan salvarnos.
Ayer que pasada ¿no? El Salón Gorbea lleno ¿que paso?
Por cierto, la película primorosa.
Mucho blog, mucha ilusion, mucho trabajo.
Aitor desde la UCLA.
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