Las palabras y las imágenes son lenguajes que no se llevan bien. Por eso si leer no es lo vuestro quedaros con el vídeo, quedaros con la obra. Con la obra de quien hasta ahora conocíamos como concienzudo artesano del barro, de la piedra y
del hierro, o de cualquier elemento que se dejara. Le conocíamos como escultor
de raza, como necesitado del trabajo, a veces del trabajo compulsivo y detallista hasta la obsesión, y a través del trabajo desarrollar por encima de
todo el resultado eficiente de las propias ideas. Txemi es como si permanentemente siguiera la máxima de que la inspiración y
las musas (que haberlas haylas) cuando lleguen
deben de pillarte en la faena.
De esos principios, y de la disciplina en el cómic que le ha
hecho dueño de un dibujo preciso que ha entrenado desde muy crío, consciente
de que el control técnico es esencial, creo que vienen estos lodos.
El eje de la propuesta que tienes delante en esta primera
entrega lo conforma el pasado minero e industrial de Meatzaldea , a través de estructuras,
personajes y edificios. Pero siempre con
un pie aquí y otro en Saturno. Estar en este mundo y no ser del todo
parte de él, tiene sus ventajas. Si Antonio López no re reconoce sin Tomelloso
o Madrid y si Agustín Reche no se
entiende sin esos fascinantes escaparates de Bilbao, cuesta concebir al Txemi Novoa de hoy sin sus escenarios que
muestran el esfuerzo en la fundición o en la mina o los esqueletos de un
lavadero o un horno de calcinación en esta zona destripada y lunar de Bizkaia.
A veces realista, a veces irreal, siempre figurativo a tope.
Y en estos momentos en los que la pintura figurativa va a contracorriente,
Txemi Novoa nos pasea por el tajo minero, por una chispeante fundición o por
impresionantes “ruinas”, testigos mudos de este pasado minero e industrial,
unos mundos a menudo descarnados en los que él coloca, de forma tantas veces
sorprendente, a sus personajes.
Lo que más me gusta de sus cuadros:
- Esa mirada suya capaz imaginar esos restos del pasado minero
en marcos nuevos y muchas veces chocantes. Y como resultado los
imaginarios en los que sitúa sus personajes. Esas instantáneas que combinan el
dibujo limpio y preciso de sus figuras, la precisión quirúrgica, con los ambientes soñados e irreales de sus
entornos.
- Como aprovecha las holguras entre la representación y la
realidad.
- Esa luz, ese color tan suyo que va consiguiendo.
Txemi Novoa, pone delante de vuestros ojos imágenes
desde el fondo de su mundo radical y muy personal, desde un cerebro que va a mil,
de imagen en imagen, a la búsqueda de una composición y un sentido. Y eso se
aprecia y se valora cuando se ve. Coherencia a la vista.
Y en ese duro viaje entre planetas, Txemi siempre da lo que se espera que dé, cómo un
panadero honrado. Igual a si mismo iguala siempre el saber y el sabor de su
hogaza.
Si te gusta la obra, no te cortes, comparte esta entrada y que Txemi y Ortuella inunden el mundo.
3 comentarios:
Cuadros geniales, SIIIIIIIIIIIII.
¡Grande Txemi!
Pedazo pintura!!
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