Desde Ortuella: Lo que quiero sin querer // Iñaki Beitia.
sábado, 17 de septiembre de 2011
No bajeis la guardia
9 comentarios:
Lourdes
dijo...
En este tema la labor de la política es la prevención y hacer valer el poder que la gente deposita en las instituciones para hacer que quien gana dinero con estas chapuzas no lo haga, emprenda acciones coherentes y compatibles de su actividad con la salud o pringue pagando fuertemente las consecuencias de lo que hace.
Es claro además para mi que en Ortuella hay una mayoría de representantes municipales que se han posicionado de boca contra estas aberraciones.
Y sin embargo las casas se estan haciendo.
A ver si se nota tras las elecciones y la política juega su necesario papel para que la gente sienta que desde la política se puede resolver los problemas de raiz y no pagar a escote entre todos los estropicios que causan algunos.
La Fundación para la salud geoambiental es una organización creada para impulsar una mejora radical en la salud de las personas y de los lugares que habitan a través de la investigación y divulgación de los efectos de las radiaciones naturales y artificiales sobre nuestro bienestar.
Hay muchas personas, muchas de ellas de buena fe, como un médico con el que comí hace unos días, que todavía dudan de la misma existencia de todas estas cosas y de la Sensibilidad Química Múltiple y otras tantas patologías relacionadas con la contaminación ambiental.
En junio, en Madrid, la Fundación Alborada y la Fundación Vivo Sano organizaron el V Congreso Internacional de Medicina Ambiental entre cuyos ponentes estuvieron científicos de la talla de William Rea, pionero de la medicina ambiental, fundador del conocido Centro de Salud Ambiental de Dallas (EE.UU.) y afectado él mismo de SQM; la doctora Jean Monro, directora médica del Breakspear Medical Group, una clínica ambulatoria del Reino Unido especializada que es referencia para todo el continente; al director de la Academia Europea de Medicina Ambiental, el doctor Peter Ohnsorge, que trabaja en un proyecto de curriculum europeo de medicina ambiental; o el doctor Martin Pall, profesor de Bioquímica de la Universidad de Washington.
Sus ponencias pueden verse ahora, gratis, en Vealia TV, una televisión en Internet que grabó en video todas las intervenciones.
Para poder formaros una opinion más precisa podeis repasar lo que hemos publicado sobre el tema en nuestro blog : http://pluralanitzak.blogspot.com/search/label/Torres%20de%20alta%20tension
y en especial os recomendamos las comparecencias que tanto el Dr.Bardasano como el Dr. Emilio Mayayo hicieron ante la comision correspondiente del Gobierno Vasco recientemente:
Por supuesto a través de sus “jefes” lo suyo seria que los representantes de PNV, PSE y Bildu se hagan con los textos completos de las comparecencias a través del propio Parlamento Vasco donde estáin ampliamente representados.
La experiencia de la energía atómica ha dejado al descubierto la facilidad con la que se somete a la población a situaciones de alto riesgo. Ahora, después de años de funcionamiento, se empieza a difundir la idea de la peligrosidad de las centrales nucleares. Alemania ha determinado su eliminación. La empresa Siemens anunció ayer la drástica eliminación de su división de energía nuclear. Habría que preguntar a los gobernantes porque fueron tan permisivos y no valoraron mas los riesgos que esas actividades implicaban para la población. Habría que hacerles declarar el coste económico y social del experimento. También sus beneficiarios. Habría que reconvenir a Siemens por no haber dedicado sus recursos a la generación de otro tipo de energía mas segura. Con mas futuro. Y quizás pedir responsabilidades.
Da la impresión de que los que toman decisiones respecto a peligros como el de las radiaciones electromagnéticas, no contemplan a toda población con el mismo grado de riesgo. Que si así fuera, se tendrían que haber tomado precauciones mas extremas. Que tienden a minusvalorar el riesgo porque instalaciones de este tipo afectan solo a poblaciones periféricas. Y ahí está Ortuella.
Se ha puesto en marcha la campaña ‘Escuela sin WiFi’ con el objetivo de sustituir esta modalidad de conexión inalámbrica a Internet por tecnologías que no impliquen riesgos para la salud, como las conexiones por cable. Esta campaña nace con el apoyo de más de 250 colectivos sociales y organizaciones de todo tipo.
La web de esta iniciativa ofrece amplia información sobre los posibles peligros del WiFi, los estudios científicos que indican su relación con determinadas enfermedades, qué alternativas a esta tecnología son más convenientes desde el punto de vista de la salud, cuál es el marco legal que regula las emisiones de campos electromagnéticos y cuáles son los argumentos,desde el punto de vista del derecho medioambiental, para exigir la retirada del WiFi en las escuelas.
Según la directora de la Organización para la Defensa de la Salud, Irina de la Flor, “existe una gran preocupación social sobre las radiaciones de las antenas de telefonía móvil, pero casi nadie sabe que el WiFi es incluso más peligroso, porque tenemos estos dispositivos inalámbricos emitiendo dentro de nuestras casas y dentro de los colegios a los que llevamos a nuestros hijos. El resultado es que los niños están recibiendo una sobreexposición continua a estas radiaciones, y eso tiene que cambiar”.
Las radiaciones de los campos electromagnéticos no ionizantes aumentan el riesgo de desarrollar a largo plazo distintos tipos de cáncer, pero también tienen otros efectos a corto plazo en nuestra salud, más difíciles de identificar. “La disminución en la capacidad de concentración o de aprendizaje, o los dolores de cabeza frecuentes, son algunos de los síntomas que pueden estar causados por las radiaciones. En el caso de pacientes infantiles, el diagnóstico es complicado porque los padres suelen interpretarlos como molestias pasajeras”, explica el doctor Miguel Solans, por cuya consulta ha pasado un gran número de pacientes electrosensibles.
“En los niños el problema cobra aún más importancia, dado que una sobreexposición crónica a estas radiaciones tiene unos efectos acumulativos importantes y puede afectar a su sistema nervioso, neurológico, inmunológico y a todo su desarrollo”, señala. “De hecho, hay una vinculación entre el déficit de atención e hiperactividad y las radiaciones electromagnéticas. Aunque no son la única causa, sin duda afectan”, añade el Dr. Solans.
El Consejo Europeo emitió el pasado mes de mayo una resolución por la que aconsejaba como límites 0,1 microwatios por centímetro cuadrado a corto plazo, y a medio plazo 0,01 microwatios por centímetro cuadrado. “Sin embargo, la legislación española establece los límites legales entre 450 microwatios por centímetro cuadrado para frecuencias de 900 megaherzios y 900 microwatios por centímetro cuadrado para frecuencias de 1800 megaherzios. En el primer caso, esto es 4.500 veces más de lo recomendado; y en el segundo, nada menos que 9.000 veces más. Es una barbaridad. Y es un hecho incontestable que cada vez hay más personas electrosensibles. Estamos como con el tabaco hace diez o quince años” “lo más incomprensible de todo es cómo se está pasando por alto el principio de precaución. Si una tecnología no ha demostrado ser segura, no puede generalizarse de esta manera,”.
En la actualidad países como Francia, Inglaterra y Suecia ya están dando pasos para eliminar la tecnología wifi de lugares públicos como escuelas, bibliotecas, museos, etc.
Últimamente, las operadoras nos "bombardean" con artículos acerca de las bondades de la telefonía móvil: de los avances sociales en los que han participado, de su ayuda en catástrofes humanitarias, de su ayuda para hacer crecer a sociedades en desarrollo, de lo necesario que puede resultar para las nuevas formas de educar,...
Pero lo que nada dicen es que, frente a sus bondades -quizás para contrarrestar la imagen provocada tras su clasificación de la OMS en el grupo 2B, como posible agente cancerígeno-, está el monumental negocio que mueven. Tampoco publican artículos diciendo que las tarifas que aplican en nuestro país son un 60% más caras que en Europa.
Por tanto, no es oro todo lo que reluce, por más que lo vistan de bondadoso.
aquí en Aiega hay gente que cree, y que está muchos dias hablando de este problema, otros no creen, y LA MAYORIA estoy convencido que no quieren esastorres y sus lineas pero lo que quieren es que se la quite alguien sin ellos mover un dedo. Este es el tipo de sociedad que tenemos, por lo menos en nuestro país. Poca gente se implica, es impresionante, que ante la duda de un posible foco que pueda estar perjudicando seriamente tu salud y la de tu familia se muevan sólo unos pocos. En fin.
Una pregunta ¿qué sucedería si hubiera estudios publicados en revistas científicas que concluyen que algo -llámase transgénicos, químicos tóxicos, amianto, contaminación electromagnética, tabaco, etc- no es malo para la salud humana y el medioambiente y otros determinan que sí lo es? Es la típica polémica que se entabla en cualquier discusión sobre estos asuntos; que no hay consenso científico. Con el tabaco y el amianto ha habido estudios que decían que no nos hacían nada malo. ¿Qué hacemos entonces? ¿esperemos a que aparezca la evidencia científica como un dios surgido de las creencias? Con el ejemplo anterior poco a poco aparecieron otros trabajos científicos que sí relacionaban tabaco y amianto con daños graves en la salud. Ante la duda, los que creo que nos interesan son los análisis publicados en revistas científicas independientes, sobre todo los más recientes.
¿Qué hacemos, insisto, nos ponemos conservadores, en el mejor sentido de la palabra y aplicamos el principio de precaución? Éste parece razonable, no comecializar ningún producto ni servicio hasta que su inocuidad -que no hace daño- esté probada. En estos asuntos polémicos en los que no podemos olvidar que existen unos enormes intereses industriales en que la polémica dure ad infinitum porque mientras los negocios no se paran y el dinero sigue fluyendo en la dirección esperada, es curioso que los estudios se multiplican casi hasta probar la capacidad de resistencia de los científicos que lo que en ocasiones tienen es problema para analizar tanta literatura científica publicada sobre un tema concreto. Esto plantea otra pregunta: ¿cuántos indicios, estudios o evidencia es necesaria para que exista una prueba y entonces tomemos medidas como sociedad?
9 comentarios:
En este tema la labor de la política es la prevención y hacer valer el poder que la gente deposita en las instituciones para hacer que quien gana dinero con estas chapuzas no lo haga, emprenda acciones coherentes y compatibles de su actividad con la salud o pringue pagando fuertemente las consecuencias de lo que hace.
Es claro además para mi que en Ortuella hay una mayoría de representantes municipales que se han posicionado de boca contra estas aberraciones.
Y sin embargo las casas se estan haciendo.
A ver si se nota tras las elecciones y la política juega su necesario papel para que la gente sienta que desde la política se puede resolver los problemas de raiz y no pagar a escote entre todos los estropicios que causan algunos.
La Fundación para la salud geoambiental es una organización creada para impulsar una mejora radical en la salud de las personas y de los lugares que habitan a través de la investigación y divulgación de los efectos de las radiaciones naturales y artificiales sobre nuestro bienestar.
Están en: C/ Príncipe de Vergara 36 – Madrid.
http://www.saludgeoambiental.org/default.aspx
https://www.facebook.com/Fundacionsaludgeoambiental?sk=wall
https://www.facebook.com/pages/Geosanix/210875222257089?sk=wall
Hay muchas personas, muchas de ellas de buena fe, como un médico con el que comí hace unos días, que todavía dudan de la misma existencia de todas estas cosas y de la Sensibilidad Química Múltiple y otras tantas patologías relacionadas con la contaminación ambiental.
En junio, en Madrid, la Fundación Alborada y la Fundación Vivo Sano organizaron el V Congreso Internacional de Medicina Ambiental entre cuyos ponentes estuvieron científicos de la talla de William Rea, pionero de la medicina ambiental, fundador del conocido Centro de Salud Ambiental de Dallas (EE.UU.) y afectado él mismo de SQM; la doctora Jean Monro, directora médica del Breakspear Medical Group, una clínica ambulatoria del Reino Unido especializada que es referencia para todo el continente; al director de la Academia Europea de Medicina Ambiental, el doctor Peter Ohnsorge, que trabaja en un proyecto de curriculum europeo de medicina ambiental; o el doctor Martin Pall, profesor de Bioquímica de la Universidad de Washington.
Sus ponencias pueden verse ahora, gratis, en Vealia TV, una televisión en Internet que grabó en video todas las intervenciones.
Para poder formaros una opinion más precisa podeis repasar lo que hemos publicado sobre el tema en nuestro blog : http://pluralanitzak.blogspot.com/search/label/Torres%20de%20alta%20tension
y en especial os recomendamos las comparecencias que tanto el Dr.Bardasano como el Dr. Emilio Mayayo hicieron ante la comision correspondiente del Gobierno Vasco recientemente:
http://pluralanitzak.blogspot.com/2010/11/aunque-alcalde-y-concejales-del-pnv-de.html
http://pluralanitzak.blogspot.com/2010/10/imagenes-del-final-de-la-comparecencia.html
Por supuesto a través de sus “jefes” lo suyo seria que los representantes de PNV, PSE y Bildu se hagan con los textos completos de las comparecencias a través del propio Parlamento Vasco donde estáin ampliamente representados.
La experiencia de la energía atómica ha dejado al descubierto la facilidad con la que se somete a la población a situaciones de alto riesgo. Ahora, después de años de funcionamiento, se empieza a difundir la idea de la peligrosidad de las centrales nucleares.
Alemania ha determinado su eliminación. La empresa Siemens anunció ayer la drástica eliminación de su división de energía nuclear.
Habría que preguntar a los gobernantes porque fueron tan permisivos y no valoraron mas los riesgos que esas actividades implicaban para la población. Habría que hacerles declarar el coste económico y social del experimento. También sus beneficiarios.
Habría que reconvenir a Siemens por no haber dedicado sus recursos a la generación de otro tipo de energía mas segura. Con mas futuro. Y quizás pedir responsabilidades.
Da la impresión de que los que toman decisiones respecto a peligros como el de las radiaciones electromagnéticas, no contemplan a toda población con el mismo grado de riesgo. Que si así fuera, se tendrían que haber tomado precauciones mas extremas.
Que tienden a minusvalorar el riesgo porque instalaciones de este tipo afectan solo a poblaciones periféricas.
Y ahí está Ortuella.
Se ha puesto en marcha la campaña ‘Escuela sin WiFi’ con el objetivo de sustituir esta modalidad de conexión inalámbrica a Internet por tecnologías que no impliquen riesgos para la salud, como las conexiones por cable. Esta campaña nace con el apoyo de más de 250 colectivos sociales y organizaciones de todo tipo.
La web de esta iniciativa ofrece amplia información sobre los posibles peligros del WiFi, los estudios científicos que indican su relación con determinadas enfermedades, qué alternativas a esta tecnología son más convenientes desde el punto de vista de la salud, cuál es el marco legal que regula las emisiones de campos electromagnéticos y cuáles son los argumentos,desde el punto de vista del derecho medioambiental, para exigir la retirada del WiFi en las escuelas.
Según la directora de la Organización para la Defensa de la Salud, Irina de la Flor, “existe una gran preocupación social sobre las radiaciones de las antenas de telefonía móvil, pero casi nadie sabe que el WiFi es incluso más peligroso, porque tenemos estos dispositivos inalámbricos emitiendo dentro de nuestras casas y dentro de los colegios a los que llevamos a nuestros hijos. El resultado es que los niños están recibiendo una sobreexposición continua a estas radiaciones, y eso tiene que cambiar”.
Las radiaciones de los campos electromagnéticos no ionizantes aumentan el riesgo de desarrollar a largo plazo distintos tipos de cáncer, pero también tienen otros efectos a corto plazo en nuestra salud, más difíciles de identificar. “La disminución en la capacidad de concentración o de aprendizaje, o los dolores de cabeza frecuentes, son algunos de los síntomas que pueden estar causados por las radiaciones. En el caso de pacientes infantiles, el diagnóstico es complicado porque los padres suelen interpretarlos como molestias pasajeras”, explica el doctor Miguel Solans, por cuya consulta ha pasado un gran número de pacientes electrosensibles.
“En los niños el problema cobra aún más importancia, dado que una sobreexposición crónica a estas radiaciones tiene unos efectos acumulativos importantes y puede afectar a su sistema nervioso, neurológico, inmunológico y a todo su desarrollo”, señala. “De hecho, hay una vinculación entre el déficit de atención e hiperactividad y las radiaciones electromagnéticas. Aunque no son la única causa, sin duda afectan”, añade el Dr. Solans.
El Consejo Europeo emitió el pasado mes de mayo una resolución por la que aconsejaba como límites 0,1 microwatios por centímetro cuadrado a corto plazo, y a medio plazo 0,01 microwatios por centímetro cuadrado. “Sin embargo, la legislación española establece los límites legales entre 450 microwatios por centímetro cuadrado para frecuencias de 900 megaherzios y 900 microwatios por centímetro cuadrado para frecuencias de 1800 megaherzios. En el primer caso, esto es 4.500 veces más de lo recomendado; y en el segundo, nada menos que 9.000 veces más. Es una barbaridad. Y es un hecho incontestable que cada vez hay más personas electrosensibles. Estamos como con el tabaco hace diez o quince años” “lo más incomprensible de todo es cómo se está pasando por alto el principio de precaución. Si una tecnología no ha demostrado ser segura, no puede generalizarse de esta manera,”.
En la actualidad países como Francia, Inglaterra y Suecia ya están dando pasos para eliminar la
tecnología wifi de lugares públicos como escuelas, bibliotecas, museos, etc.
Últimamente, las operadoras nos "bombardean" con artículos acerca de las bondades de la telefonía móvil: de los avances sociales en los que han participado, de su ayuda en catástrofes humanitarias, de su ayuda para hacer crecer a sociedades en desarrollo, de lo necesario que puede resultar para las nuevas formas de educar,...
Pero lo que nada dicen es que, frente a sus bondades -quizás para contrarrestar la imagen provocada tras su clasificación de la OMS en el grupo 2B, como posible agente cancerígeno-, está el monumental negocio que mueven. Tampoco publican artículos diciendo que las tarifas que aplican en nuestro país son un 60% más caras que en Europa.
Por tanto, no es oro todo lo que reluce, por más que lo vistan de bondadoso.
aquí en Aiega hay gente que cree, y que está muchos dias hablando de este problema, otros no creen, y LA MAYORIA estoy convencido que no quieren esastorres y sus lineas pero lo que quieren es que se la quite alguien sin ellos mover un dedo. Este es el tipo de sociedad que tenemos, por lo menos en nuestro país. Poca gente se implica, es impresionante, que ante la duda de un posible foco que pueda estar perjudicando seriamente tu salud y la de tu familia se muevan sólo unos pocos. En fin.
Una pregunta ¿qué sucedería si hubiera estudios publicados en revistas científicas que concluyen que algo -llámase transgénicos, químicos tóxicos, amianto, contaminación electromagnética, tabaco, etc- no es malo para la salud humana y el medioambiente y otros determinan que sí lo es? Es la típica polémica que se entabla en cualquier discusión sobre estos asuntos; que no hay consenso científico. Con el tabaco y el amianto ha habido estudios que decían que no nos hacían nada malo. ¿Qué hacemos entonces? ¿esperemos a que aparezca la evidencia científica como un dios surgido de las creencias? Con el ejemplo anterior poco a poco aparecieron otros trabajos científicos que sí relacionaban tabaco y amianto con daños graves en la salud. Ante la duda, los que creo que nos interesan son los análisis publicados en revistas científicas independientes, sobre todo los más recientes.
¿Qué hacemos, insisto, nos ponemos conservadores, en el mejor sentido de la palabra y aplicamos el principio de precaución? Éste parece razonable, no comecializar ningún producto ni servicio hasta que su inocuidad -que no hace daño- esté probada. En estos asuntos polémicos en los que no podemos olvidar que existen unos enormes intereses industriales en que la polémica dure ad infinitum porque mientras los negocios no se paran y el dinero sigue fluyendo en la dirección esperada, es curioso que los estudios se multiplican casi hasta probar la capacidad de resistencia de los científicos que lo que en ocasiones tienen es problema para analizar tanta literatura científica publicada sobre un tema concreto. Esto plantea otra pregunta: ¿cuántos indicios, estudios o evidencia es necesaria para que exista una prueba y entonces tomemos medidas como sociedad?
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