Desde Ortuella: Lo que quiero sin querer // Iñaki Beitia.
miércoles, 17 de agosto de 2011
Recogida de firmas contra las radiaciones electromagnéticas.
Se trata de una campaña internacional que recoge firmas para cambiar la legislación y que nos ayude a protegernos contra las radiaciones electromagnéticas.
No lo paséis por alto, que es una buena forma, un pasito más, de decirle a Red Eléctrica de España que somos muchos los que sabemos que sus productos cerca de las personas, son dañinos para la salud.
El mes pasado se hizo público una sentencia pionera, en la que un juez ha dado la razón a una trabajadora que solicitaba que la Seguridad Social le otorgase la invalidez permanente y absoluta por hipersensibilidad electromagnética y ambiental.
La hipersensibilidad electromagnética, electrosensibilidad o alergia a las ondas electromagnéticas provoca distintos síntomas como hormigueo, pérdidas de concentración y memoria, dolores o sensación de gripe inminente, entre otros, y está motivada por la gran cantidad de ondas electromagnéticas que nos envuelve hoy en día, y que provienen, principalmente, de puntos WiFi, teléfonos móviles, inalámbricos, radiodespertadores, microondas y otros dispositivos.
En algunos países, como Suecia, esta enfermedad ya es reconocida como una discapacidad. En Italia, a finales de 2009, un Tribunal de Justicia dictó una sentencia similar para dos trabajadores, debido a la radiación recibida durante 10 años por el uso intensivo de teléfonos móviles e inalámbricos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) explica que la hipersensibilidad electromagnética se parece a la sensibilidad química múltiple (SQM) y ha mantenido recientemente una reunión con representantes de colectivos y especialistas de nuestro país, dedicados al estudio y a dar a conocer la influencia de estas sensibilidades en la salud.
El caso juzgado en Madrid corresponde a una trabajadora de la Facultad de Económicas de la Universidad Complutense de 42 años, que trabajaba como auxiliar de servicios en la Universidad desde 1989, y sufría -según diagnóstico del equipo de valoración de incapacidades- síndrome de fatiga crónica, enfermedad celíaca, fibromialgia y síndrome de hipersensibilidad electromagnética y ambiental.
La sentencia del Juzgado de lo Social Nº 24 de Madrid, reconoce que las dolencias sufridas por esta mujer, que le fueron diagnosticadas el pasado año, la incapacitan para realizar su labor profesional en la universidad.
Ya es hora de aplicar el Principio de Precaución, principio que se aplica cuando una evaluación científica objetiva indica que hay motivos razonables de preocupación por los potenciales efectos peligrosos sobre la salud o el medio ambiente, a pesar de los niveles de protección adoptados (leyes), que deben ser modificados frente a las evidencias científicas encontradas por los investigadores, las cuales evolucionan.
2 comentarios:
El mes pasado se hizo público una sentencia pionera, en la que un juez ha dado la razón a una trabajadora que solicitaba que la Seguridad Social le otorgase la invalidez permanente y absoluta por hipersensibilidad electromagnética y ambiental.
La hipersensibilidad electromagnética, electrosensibilidad o alergia a las ondas electromagnéticas provoca distintos síntomas como hormigueo, pérdidas de concentración y memoria, dolores o sensación de gripe inminente, entre otros, y está motivada por la gran cantidad de ondas electromagnéticas que nos envuelve hoy en día, y que provienen, principalmente, de puntos WiFi, teléfonos móviles, inalámbricos, radiodespertadores, microondas y otros dispositivos.
En algunos países, como Suecia, esta enfermedad ya es reconocida como una discapacidad. En Italia, a finales de 2009, un Tribunal de Justicia dictó una sentencia similar para dos trabajadores, debido a la radiación recibida durante 10 años por el uso intensivo de teléfonos móviles e inalámbricos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) explica que la hipersensibilidad electromagnética se parece a la sensibilidad química múltiple (SQM) y ha mantenido recientemente una reunión con representantes de colectivos y especialistas de nuestro país, dedicados al estudio y a dar a conocer la influencia de estas sensibilidades en la salud.
El caso juzgado en Madrid corresponde a una trabajadora de la Facultad de Económicas de la Universidad Complutense de 42 años, que trabajaba como auxiliar de servicios en la Universidad desde 1989, y sufría -según diagnóstico del equipo de valoración de incapacidades- síndrome de fatiga crónica, enfermedad celíaca, fibromialgia y síndrome de hipersensibilidad electromagnética y ambiental.
La sentencia del Juzgado de lo Social Nº 24 de Madrid, reconoce que las dolencias sufridas por esta mujer, que le fueron diagnosticadas el pasado año, la incapacitan para realizar su labor profesional en la universidad.
Ya es hora de aplicar el Principio de Precaución, principio que se aplica cuando una evaluación científica objetiva indica que hay motivos razonables de preocupación por los potenciales efectos peligrosos sobre la salud o el medio ambiente, a pesar de los niveles de protección adoptados (leyes), que deben ser modificados frente a las evidencias científicas encontradas por los investigadores, las cuales evolucionan.
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