Un joven llegó al borde de un oasis contiguo a un pueblo y acercándose a un anciano preguntó:
“¿Qué clase de personas viven en este lugar?”
El anciano preguntó a su vez:
“¿Qué clase de personas viven en el lugar de donde vienes?”“¡Oh, un grupo de egoístas y malvados!”, replicó el joven. “Estoy encantado de haberme alejado de allí”.
A lo cual el anciano contestó: “Lo mismo habrás de encontrar aquí”.
Ese mismo día, otro joven se acercó a beber agua al oasis y viendo al anciano preguntó:
“¿Qué clase de personas viven en este lugar?”
Él respondió con la misma pregunta:
“¿Qué clase de personas viven en el lugar de donde vienes?”
“Un magnífico grupo de personas: honestas, amigables, hospitalarias, me duele mucho haberlas dejado”, dijo el joven.
“Lo mismo encontrarás aquí”, replicó el anciano.
“¿Qué clase de personas viven en este lugar?”
El anciano preguntó a su vez:
“¿Qué clase de personas viven en el lugar de donde vienes?”“¡Oh, un grupo de egoístas y malvados!”, replicó el joven. “Estoy encantado de haberme alejado de allí”.
A lo cual el anciano contestó: “Lo mismo habrás de encontrar aquí”.
Ese mismo día, otro joven se acercó a beber agua al oasis y viendo al anciano preguntó:
“¿Qué clase de personas viven en este lugar?”
Él respondió con la misma pregunta:
“¿Qué clase de personas viven en el lugar de donde vienes?”
“Un magnífico grupo de personas: honestas, amigables, hospitalarias, me duele mucho haberlas dejado”, dijo el joven.
“Lo mismo encontrarás aquí”, replicó el anciano.
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