-"He bajado un rato de casa a recordarle a Olentzero que se le había
olvidado regalarme aquellas botas" le indicó con el dedo.
La señora la tomo de la mano y pasaron a la tienda. Le
pidió al empleado dos pares de calcetines y aquellas botas que le mostró la niña.
Al salir y despedirse, la niña le dió un beso y las
gracias, y al oído le susurró : “¿Eres tu la mujer de Olentzero?”
1 comentario:
me encanta el cuento es mas seme nublaron los ojos,y la carne seme puso de gallina, pero yo me pregunto,si hay alguien que sepa un cuento de humor de amor del principio al fin.Gracias
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