Cuando en mi casa comíamos arroz con leche (sólo en ocasiones especiales), no sé porqué siempre me tocaba a mí el mismo plato.
A medida que, cucharada a cucharada, iban desapareciendo el arroz y la leche, en el fondo iba apareciendo la figura de un soldado que ondeaba una bandera republicana.
Cuando el fondo del plato estaba totalmente limpio, a veces porque yo le pasaba la lengua, mi madre siempre decía: “Algún día vamos a tener un disgusto con este plato”.
No sé cómo llegó a mi casa, ni qué habrá sido de él, pero es mi referencia de la Guerra Civil… del miedo del que hablaba mi abuela, del silencio, del racionamiento, del hambre.
Yo tendría 9 ó 10 años, ahora tengo 50 y aún recuerdo el rostro de aquel soldado…; y el de mi abuela…; y el de mi madre.
Argimiro Gómez Sánchez
5 comentarios:
La razón de la fuerza impera en el mundo animal, en el cual el pez grande tiene derecho a comerse el chico.
Después de experiencias tan frustrantes como la del fascismo, constatamos que la razón va adquiriendo fuerza entre los humanos. Que no se pueden imponer dogmas a las personas. Pero está costándonos mucho reconocer la igualdad de derechos. Aunque ahora parezca que África no empieza en los Pirineos.
Guerras,....
Monarquía. República. Guerra. Dictadura. Monarquía.
¡Malditos los que llevan la guerra a los pueblos!
¡Malditos los que llevan los pueblos a la guerra!
Una victoria duradera requiere un carro cada vez mayor. Siempre necesita gente nueva y los veteranos no se quieren ir.
Ahora que la generación de republicanos y nacionalistas parece haber agotado su turno, los indignados llaman a la puerta.
Y así hasta que alguna generación de hijos o nietos de derrotados no pueda con todo. Y es seguro que cada vez está mas cerca.
Nos condenaron al silencio porque no tenían razón. Nuestros abuelos y abuelas nunca perdieron la esperanza de que algún día les sería reconocido su gran sacrificio, su sufrimiento. Nosotros tampoco la debemos de perder. En su memoria y por el futuro de nuestros hijos.
Hoy día y en Europa, aquella masacre es indefendible. Las ideologías totalitarias han quedado en evidencia.
Han acertado los indignados que han optado por acudir a Bruselas. Aquí ya no podemos esperar comprensión y reconocimiento. Pasó su turno. Para ellos es simple cuestión de intereses. Para nosotros; nó.
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