Desde Ortuella: Lo que quiero sin querer // Iñaki Beitia.
martes, 22 de junio de 2010
Entre la fisica y la biologia
Ciencia - Rodeados de ondas.
5 comentarios:
John
dijo...
In my country (Switzerland) conducted a study with these results:
The relation between residential magnetic field exposure from power lines and mortality from neurodegenerative conditions was analyzed among 4.7 million persons of the Swiss National Cohort (linking mortality and census data), covering the period 2000–2005. Cox proportional hazard models were used to analyze the relation of living in the proximity of 220–380 kV power lines and the risk of death from neurodegenerative diseases, with adjustment for a range of potential confounders. Overall, the adjusted hazard ratio for Alzheimer’s disease in persons living within 50 m of a 220–380 kV power line was 1.24 (95% confidence interval (CI): 0.80, 1.92) compared with persons who lived at a distance of 600 m or more. There was a dose-response relation with respect to years of residence in the immediate vicinity of power lines and Alzheimer’s disease: Persons living at least 5 years within 50 m had an adjusted hazard ratio of 1.51 (95% CI: 0.91, 2.51), increasing to 1.78 (95% CI: 1.07, 2.96) with at least 10 years and to 2.00 (95% CI: 1.21, 3.33) with at least 15 years. The pattern was similar for senile dementia. There was little evidence for an increased risk of amyotrophic lateral sclerosis, Parkinson’s disease, or multiple sclerosis.
Intentando traducir lo que nos dice John desde Suiza en relacion a un estudio publicado en su pais:
"La relación entre la exposición residencial del campo magnético de las líneas eléctricas y la mortalidad por neurodegenerativas condiciones se analizó entre los 4,7 millones de personas de la cohorte suiza Nacional (mortalidad vinculación y el censo datos), que abarca el período 2000-2005. Se usó el modelo de riesgo proporcional de Cox para analizar la relación entre vivir en la proximidad de líneas eléctricas 220-380 kV y el riesgo de muerte por enfermedades neurodegenerativas, con ajuste para una serie de posibles factores de confusión. En general, el índice de riesgo ajustado para la enfermedad de Alzheimer en las personas que viven dentro de los 50 m de una línea de alta tensión 220-380 kV fue 1,24 (95% intervalo de confianza (IC): 0,80, 1,92) con respecto a personas que vivían a una distancia de 600 metros o más. Hubo una relación dosis-respuesta con respecto a los años de residencia en las inmediaciones de líneas eléctricas y la enfermedad de Alzheimer: Las personas que viven al menos 5 años a unos 50 metros había una razón de riesgo ajustada de 1,51 (IC 95%: 0,91, 2,51), aumentando a 1,78 (IC 95%: 1,07, 2,96) con al menos 10 años y a 2.00 (IC 95%: 1,21, 3,33) con al menos 15 años. El patrón fue similar para la demencia senil. Había poca evidencia de un aumento del riesgo de esclerosis lateral amiotrófica, enfermedad de Parkinson o esclerosis múltiple.
Aquí en Mexico tambien empresarios y políticos no tienen el hábito de tomar medidas trascendentales en su práctica política y económica, por lo que prefieren maquillar la realidad. La experiencia de los vecinos que se oponen a la instalación de torres electromagnéticas o antenas es frustrante, pues visitan secretarías en municipios y el Estado, en un peregrinar desgastante, estéril en la mayoría de las ocasiones, en donde los funcionarios se concretan a recibir la información y depositarla en el cesto de la basura. Es una estrategia para detener, retardar hasta donde sea posible, todo intento por hablar de posibles daños a la salud y al patrimonio familiar. Todo es en vano, pues ellos tienen sus planes y los realizan sin importar lo que las investigaciones científicas señalen o lo que los vecinos piensen. Cuando existe alguna protesta pacífica de los vecinos afectados por la instalación de las torres de alta tensión, entonces usan la fuerza pública en su contra, pisoteando los más elementales derechos humanos. Si persisten los vecinos en su empeño, buscan los mecanismos jurídicos de intimidación a través del Ministerio Público, para encarcelar a los líderes, por defender su derecho a vivir sanos y en paz, haciendo triunfar al poder económico sobre la razón. La experiencia de los vecinos de las colonias Mitras, Independencia, Vidriera y Residencial Vidriera, de verse forzados a convivir frente a torres electromagnéticas de alta tensión los sacude y los coloca ante diversos significados y manejos de la verdad, la justicia, la libertad, iglesia, evangelio, derechos humanos. Descubren que está de moda el engaño disfrazado de amabilidad, y que a la cárcel también pueden ir los que hablan con la verdad, que la investigación y la ciencia pueden ser utilizados para los fines de unos cuantos, sin importar la sociedad. Se topan con que la policía no está para servir a la comunidad, que las autoridades políticas y religiosas también tienen sus compromisos y que los problemas de la comunidad no siempre están contemplados en sus agendas.
Lo más triste, al parecer casi todos tienen su precio, sin importar su credo político, religioso, ni posición socioeconómica, ¡Ay de aquél que no tenga precio, que sea honesto y que luche realmente por defender los derechos humanos! Ese, será amedrentado, perseguido y amenazado.
5 comentarios:
In my country (Switzerland) conducted a study with these results:
The relation between residential magnetic field exposure from power lines and mortality from neurodegenerative
conditions was analyzed among 4.7 million persons of the Swiss National Cohort (linking mortality and census
data), covering the period 2000–2005. Cox proportional hazard models were used to analyze the relation of living in
the proximity of 220–380 kV power lines and the risk of death from neurodegenerative diseases, with adjustment
for a range of potential confounders. Overall, the adjusted hazard ratio for Alzheimer’s disease in persons living
within 50 m of a 220–380 kV power line was 1.24 (95% confidence interval (CI): 0.80, 1.92) compared with persons
who lived at a distance of 600 m or more. There was a dose-response relation with respect to years of residence in
the immediate vicinity of power lines and Alzheimer’s disease: Persons living at least 5 years within 50 m had an
adjusted hazard ratio of 1.51 (95% CI: 0.91, 2.51), increasing to 1.78 (95% CI: 1.07, 2.96) with at least 10 years and
to 2.00 (95% CI: 1.21, 3.33) with at least 15 years. The pattern was similar for senile dementia. There was little
evidence for an increased risk of amyotrophic lateral sclerosis, Parkinson’s disease, or multiple sclerosis.
Intentando traducir lo que nos dice John desde Suiza en relacion a un estudio publicado en su pais:
"La relación entre la exposición residencial del campo magnético de las líneas eléctricas y la mortalidad por neurodegenerativas
condiciones se analizó entre los 4,7 millones de personas de la cohorte suiza Nacional (mortalidad vinculación y el censo
datos), que abarca el período 2000-2005. Se usó el modelo de riesgo proporcional de Cox para analizar la relación entre vivir en
la proximidad de líneas eléctricas 220-380 kV y el riesgo de muerte por enfermedades neurodegenerativas, con ajuste
para una serie de posibles factores de confusión. En general, el índice de riesgo ajustado para la enfermedad de Alzheimer en las personas que viven
dentro de los 50 m de una línea de alta tensión 220-380 kV fue 1,24 (95% intervalo de confianza (IC): 0,80, 1,92) con respecto a personas
que vivían a una distancia de 600 metros o más. Hubo una relación dosis-respuesta con respecto a los años de residencia en
las inmediaciones de líneas eléctricas y la enfermedad de Alzheimer: Las personas que viven al menos 5 años a unos 50 metros había una razón de riesgo ajustada de 1,51 (IC 95%: 0,91, 2,51), aumentando a 1,78 (IC 95%: 1,07, 2,96) con al menos 10 años y
a 2.00 (IC 95%: 1,21, 3,33) con al menos 15 años. El patrón fue similar para la demencia senil. Había poca evidencia de un aumento del riesgo de esclerosis lateral amiotrófica, enfermedad de Parkinson o esclerosis múltiple.
Y nosotros en Ortuella seguimos a la espera de saber que hacer con todo el vecindario afectado por este tipo de contaminacion.
Y luego seguiran diciendo que lo de las radiaciones electromagneticas son invenciones,...
Aquí en Mexico tambien empresarios y políticos no tienen el hábito de tomar medidas trascendentales en su práctica política y económica, por lo que prefieren maquillar la realidad.
La experiencia de los vecinos que se oponen a la instalación de torres electromagnéticas o antenas es frustrante, pues visitan secretarías en municipios y el Estado, en un peregrinar desgastante, estéril en la mayoría de las ocasiones, en donde los funcionarios se concretan a recibir la información y depositarla en el cesto de la basura.
Es una estrategia para detener, retardar hasta donde sea posible, todo intento por hablar de posibles daños a la salud y al patrimonio familiar. Todo es en vano, pues ellos tienen sus planes y los realizan sin importar lo que las investigaciones científicas señalen o lo que los vecinos piensen.
Cuando existe alguna protesta pacífica de los vecinos afectados por la instalación de las torres de alta tensión, entonces usan la fuerza pública en su contra, pisoteando los más elementales derechos humanos. Si persisten los vecinos en su empeño, buscan los mecanismos jurídicos de intimidación a través del Ministerio Público, para encarcelar a los líderes, por defender su derecho a vivir sanos y en paz, haciendo triunfar al poder económico sobre la razón.
La experiencia de los vecinos de las colonias Mitras, Independencia, Vidriera y Residencial Vidriera, de verse forzados a convivir frente a torres electromagnéticas de alta tensión los sacude y los coloca ante diversos significados y manejos de la verdad, la justicia, la libertad, iglesia, evangelio, derechos humanos.
Descubren que está de moda el engaño disfrazado de amabilidad, y que a la cárcel también pueden ir los que hablan con la verdad, que la investigación y la ciencia pueden ser utilizados para los fines de unos cuantos, sin
importar la sociedad.
Se topan con que la policía no está para servir a la comunidad, que las autoridades políticas y religiosas también tienen sus compromisos y que los problemas de la comunidad no siempre están contemplados en sus agendas.
Lo más triste, al parecer casi todos tienen su precio, sin importar su credo político, religioso, ni posición socioeconómica, ¡Ay de aquél que no tenga precio, que sea honesto y que luche realmente por defender los derechos humanos! Ese, será amedrentado, perseguido y amenazado.
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