Llegaban unos tipos barbados, con armadura los unos y sayos los otros, y se plantaban ante una prole desnuda y tomaban posesión en nombre del emperador y de Nuestro Señor, y sanseacabó. Para que los desnudos se contentasen se les daban unos “bonetes colorados, unas cuentas de vidrio y otras muchas cosas de poco valor, con que tuvieron mucho placer y quedaron tan nuestros que era maravilla”.
No lo digo yo, sino un testigo de primera línea de playa llamado Cristóbal Colón. Véase, sino, su Diario.
A cambio los del lugar " les daban pescado, agua y unas raíces “como nueces”( las actuales patatas), que ellos comían también, y se volvían “ricos de cascabeles y cuentas que les dimos, y otros días nos volvieron a visitar con lo mismo que otras veces”. Tampoco lo digo yo, sino otro ojeador de excepción: Álvar Núñez Cabeza de Vaca.
Luego vendrían los esclavos, el oro, el cacao, las especias, ... las grandes plantaciones agricolas y las explotaciones mineras, el expolio de todos los recursos ,...
Ahora , el sablazo se pretende dar de modo más sutil, sofisticado y atractivo para despojar de materia gris a quienes no pueden mantenerla porque ya no tienen con qué, pues el qué se lo quedaron los herederos de los barbados.
Ahora Europa, sirviéndose del amparo legal que ella misma se otorga, como viene haciendo Estados Unidos desde hace tiempo , echa la red (¿qué tal si le llamo tarjeta azul?) y espera a que piquen los pobres morenitos. La recoje y selecciona: negrito sin título, fuera; negrito con título, "pa" dentro bajo sus condiciones: contrato de trabajo y permiso de residencia para ti y tu mujer, salarios y, pasado un tiempo, curro en el país de la zona que elijas.
¿Es quitando personal cualificado a los países menos favorecidos como se combaten la pobreza y el subdesarrollo? ¿Qué ocurre con los otros negritos? ¿Seguiremos levantando alambradas y poniendo barcos para-pateras o les daremos bonetes colorados, cuentas de vidrio y otras muchas cosas de poco valor?
Ahora , el sablazo se pretende dar de modo más sutil, sofisticado y atractivo para despojar de materia gris a quienes no pueden mantenerla porque ya no tienen con qué, pues el qué se lo quedaron los herederos de los barbados.
Ahora Europa, sirviéndose del amparo legal que ella misma se otorga, como viene haciendo Estados Unidos desde hace tiempo , echa la red (¿qué tal si le llamo tarjeta azul?) y espera a que piquen los pobres morenitos. La recoje y selecciona: negrito sin título, fuera; negrito con título, "pa" dentro bajo sus condiciones: contrato de trabajo y permiso de residencia para ti y tu mujer, salarios y, pasado un tiempo, curro en el país de la zona que elijas.
¿Es quitando personal cualificado a los países menos favorecidos como se combaten la pobreza y el subdesarrollo? ¿Qué ocurre con los otros negritos? ¿Seguiremos levantando alambradas y poniendo barcos para-pateras o les daremos bonetes colorados, cuentas de vidrio y otras muchas cosas de poco valor?
2 comentarios:
Así lo contaba estos días la prensa de aquí.
"Tarjeta azul europea para inmigrantes cualificados
La UE quiere atraer inmigrantes cualificados hacia Europa.
Franco Frattini, Comisario de Seguridad de la UE, anuncio que el próximo 23 de octubre la Comisión Europea presentara un proyecto formal a los países miembros de la Unión para alentar la inmigración legal de trabajadores cualificados en distintas áreas laborales.
Frattini hablo de la intención de proponer una “tarjeta azul”; como la “Green card” Norteamérica, para otorgar Permisos de residencia de urgencia para este tipo de trabajadores.
Esta tarjeta azul habilitara a trabajar en un país miembro durante dos años en un periodo inicial con posibilidad de renovación; y también pasados dos o tres años de residencia en el primero; se permitirá el traslado a otro país de la unión para ir a trabajar.
El proyecto se respalda en el hecho que los inmigrantes con mayores calificaciones, emigran hacia EEUU y Canadá, en comparación con la inmigración sin estudios superiores que reciben los países europeos.
Resalto que los inmigrantes son necesarios para la mayoría de los Estados miembros, como el único ingrediente de crecimiento demográfico debido al envejecimiento de la población. Sostiene que en el 2011 este problema se manifestara en algunos países de la Unión Europea con la escasez de mano de obra y según las proyecciones tendremos una disminución de la población activa hacia el 2025, con la tercera parte de la población con mas de 65 años.
La propuesta mira hacia el futuro y busca minimizar los efectos negativos de la inmigración, para el contrario sacar beneficio de la misma para los países de La Unión Europea."
Otro punto de vista:
“No creo que los inmigrantes en Europa quieran ser una fuente de confort ni mano de obra”, afirma Mohammed Yasser Boubekri, responsable del Colectivo Nacional de Apoyo a la Ciudadanía y la Democracia, en Tetuán, primera gran ciudad marroquí que sale al encuentro justo cuando se deja atrás, ondeando sobre las murallas de origen portugués, la bandera española de Ceuta. Hace referencia al comentario de “un ministro europeo que el año pasado se refirió al confort que aportan los inmigrantes a su país” y al beneplácito de la Eurocámara a la idea de esta tarjeta azul en base a motivaciones de utilidad práctica.
Esta tarjeta, al estilo de la “tarjeta verde” de los EE UU, puede nacer la “tarjeta azul”, que permitiría trabajar por dos años en un país de la UE. Pasado este tiempo, ya se tendría el derecho de movimiento hacia otro Estado europeo. Se trata de atraer a trabajadores cualificados de fuera de Europa, pues Eurostat calcula que, sólo en el sector de la información y las telecomunicaciones de la UE, unos 300.000 puestos de trabajo vacantes. El objetivo declarado es “frenar la inmigración ilegal”, tal y como anunció en Portugal el comisario de Justicia y Asuntos Internos de la Unión Europea, Franco Frattini.
El miedo a que los inmigrantes se conviertan en una fuente de confort al servicio de los europeos choca con el entusiasmo europeo que impulsa esta “tarjeta” y que viene a contrarrestar la moda de las regularizaciones masivas que la eurocámara rechaza como útiles, tirándole un tanto de las oreja a España. Imita la fórmula practicada por los Estados Unidos, que se resume en una triple jugada maestra: disminuye la inmigración ilegal, actúa como antídoto contra el envejecimiento de la población y colma el déficit de fuerza de trabajo. A ello hay que añadir que, según cifras manejadas por la Comisión, el 55% de los inmigrantes cualificados van a los EE UU, mientras que sólo el 5% llega a Europa.
Estudios recientes hablan sobre la necesidad de aumentar el volumen de esta fuerza de trabajo en Europa y aseguran que la UE necesitará para la próxima década cerca de 20 millones de inmigrantes, cifra que Franco Frattini desmiente categóricamente.
El riesgo de cosificar al inmigrante
Otra idea algo distinta es la que avanza desde Tetuán, Yasser Boubekri: “El camino de los inmigrantes tiene que ser decidido en todo momento por ellos mismos. Deben formar una red de inmigrantes, una representación o una comisión; tener la garantía de que no sólo van a trabajar a Europa, sino que también pueden votar, disfrutar de la democracia”. En todo caso, destaca como beneficio de esta medida “la posibilidad de vivir en un país europeo”. Sin embargo, “¿qué pasará cuando concluya el contrato de trabajo?, ¿qué pasaría si un inmigrante afincado por ejemplo en Francia, encontrara un nuevo empleador en Alemania?, ¿podría cambiar de trabajo y de país?”, inquiere este activista.
De momento, la propuesta es sólo eso. Países como Francia y Reino Unido, que están endureciendo su política de acogida de inmigrantes, no han dado su visto bueno, y los conservadores alemanes en el poder se niegan en rotundo a hablar de Tarjeta azul.
En cuanto a la percepción negativa del inmigrante, Yasser se muestra escéptico: “El concepto de inmigrantes, en sentido despectivo, no desaparecerá”, asegura. “El inmigrante se seguirá sintiendo víctima de un lenguaje que lo reduce a un término, que lo cosifica, puro tema de debate para la opinión pública, pero sin derecho a opinar acerca de sí mismo, sobre su bagaje personal, su identidad, etc”. A su entender, se corre el riesgo de que “los europeos se olviden de qué sienten y qué sufren los inmigrantes, y se limiten a valorarlos como potencial fuerza de trabajo o trabajo forzado, según como se vea la botella."
Publicar un comentario