Tertulias de cine prosigue su camino a pesar de que el Ayuntamiento de Ortuella nos ha anunciado que no tiene intención de renovar el convenio ni de apoyar económicamente el proyecto.Como regalo en nuestro séptimo aniversario de la actividad no está mal. Si hasta ahora pagaban tarde y mal , a partir de ahora parece ser que el tema del cine será solo cosa nuestra.
Este mes ponemos una gran pelicula francesa del año 2012: "Las nieves de Kilimandjaro". Una entrañable pelicula de Robert Guediguian donde a través de la historia que viven sus protagonistas ,el director hace una reflexión muy personal sobre la actual situación económica y su incidencia en su ciudad cinematografica de siempre: Marsella.
Esperamos en estos momentos seguir contando con vosotros que sois los que siempre habéis dado sentido a esta actividad. Y como os decimos siempre, si la actividad es de vuestro gusto, apoyadla viniendo a disfrutar del cine con nosotros si por horario os resulta posible y si no os es posible también es una ayuda que corráis la voz , difundáis la actividad entre vuestros amigos.En momentos difíciles nos toca a la ciudadanía dar la cara, porque en nuestra medida, somos también responsables de lo que pasa con nuestras vidas.
A pesar de haberse quedado sin trabajo, Michel es feliz con Marie-Claire. Hace 30 años que se aman. Sus hijos y sus nietos les miman. Tienen muy buenos amigos. Se enorgullecen de sus luchas políticas y sindicales. Sus conciencias son tan transparentes como sus miradas. Pero su felicidad se hará pedazos cuando dos hombres armados y enmascarados les agreden, les arrebatan los anillos de boda y huyen con las tarjetas de crédito.
En “Las nieves del Kilimanjaro”, desde la conflictividad de una regulación laboral y la lucha sindical por defender a los obreros, Guédiguian se eleva por encima del conflicto político para hablarnos de un sentido de la justicia por encima de la letra escrita, de carácter personal y que interpela a una solidaridad colectiva en retroceso.
La luz de Marsella llena toda la película para aportar toda la claridad y optimismo necesarios en estos tiempos difíciles. Aunque, hablando con propiedad, habría que decir que ese resplandor y esperanza nacen del sentido humanista que se respira en toda la pelicula y del convencimiento del director sobre la necesidad de una postura moral ante tal encrucijada. A partir del texto de Victor Hugo “La gente pobre”, Guédiguian nos presenta a un Michel que se ha visto obligado a prejubilarse en los astilleros de L’Estaque, y a su mujer Marie-Claire que ya da por criada a la prole. Ahora planean un viaje largamente soñado y siempre pospuesto al continente africano, regalo de sus hijos por su trigésimo aniversario de bodas y también ilusión de toda una vida que por fin parece cumplirse. Sin embargo, pronto descubrirán que las cosas no siempre suceden como uno tiene previsto, que hay gente que necesita algo más que unas vacaciones en el Kilimanjaro, y que existen otras maneras más reconfortantes de ser felices.
De esa forma, el director supera el ámbito de lo legal que el código civil o penal pudiera tipificar, para hablar al corazón de sus personajes —y de los espectadores— y hacerles entender que hay circunstancias que pueden explicar e incluso justificar algunos actos no del todo apropiados. Un despido, un robo o una agresión pueden esconder mucho drama y sufrimiento personal, como le sucede al muchacho de la historia y a sus hermanos pequeños. Y una ayuda, un detalle o una caricia pueden significar algo más que la fría resolución de un problema ajeno, porque el primer beneficio queda en quien lo lleva a cabo.
Hasta el moño de esta raza de políticos que después de como se las han gastado, ahora dicen estar empeñados en cuadrar las cuentas olvidándose de las necesidades de las personas.
Hasta el moño de esta raza de políticos que después de como se las han gastado, ahora dicen estar empeñados en cuadrar las cuentas olvidándose de las necesidades de las personas.
Y yo de estos concejalillos que no hacen mas que repetir los eslogan que lanzan sus jefes del partido, especialmente la disculpa ante cualquier propuesta de que nada se puede hacer por la crisis.
7 comentarios:
Tertulias de cine prosigue su camino a pesar de que el Ayuntamiento de Ortuella nos ha anunciado que no tiene intención de renovar el convenio ni de apoyar económicamente el proyecto.Como regalo en nuestro séptimo aniversario de la actividad no está mal. Si hasta ahora pagaban tarde y mal , a partir de ahora parece ser que el tema del cine será solo cosa nuestra.
Este mes ponemos una gran pelicula francesa del año 2012: "Las nieves de Kilimandjaro". Una entrañable pelicula de Robert Guediguian donde a través de la historia que viven sus protagonistas ,el director hace una reflexión muy personal sobre la actual situación económica y su incidencia en su ciudad cinematografica de siempre: Marsella.
Esperamos en estos momentos seguir contando con vosotros que sois los que siempre habéis dado sentido a esta actividad. Y como os decimos siempre, si la actividad es de vuestro gusto, apoyadla viniendo a disfrutar del cine con nosotros si por horario os resulta posible y si no os es posible también es una ayuda que corráis la voz , difundáis la actividad entre vuestros amigos.En momentos difíciles nos toca a la ciudadanía dar la cara, porque en nuestra medida, somos también responsables de lo que pasa con nuestras vidas.
Resumen de la película por si quieres abrir boca:
A pesar de haberse quedado sin trabajo, Michel es feliz con Marie-Claire. Hace 30 años que se aman. Sus hijos y sus nietos les miman. Tienen muy buenos amigos. Se enorgullecen de sus luchas políticas y sindicales. Sus conciencias son tan transparentes como sus miradas. Pero su felicidad se hará pedazos cuando dos hombres armados y enmascarados les agreden, les arrebatan los anillos de boda y huyen con las tarjetas de crédito.
En “Las nieves del Kilimanjaro”, desde la conflictividad de una regulación laboral y la lucha sindical por defender a los obreros, Guédiguian se eleva por encima del conflicto político para hablarnos de un sentido de la justicia por encima de la letra escrita, de carácter personal y que interpela a una solidaridad colectiva en retroceso.
La luz de Marsella llena toda la película para aportar toda la claridad y optimismo necesarios en estos tiempos difíciles. Aunque, hablando con propiedad, habría que decir que ese resplandor y esperanza nacen del sentido humanista que se respira en toda la pelicula y del convencimiento del director sobre la necesidad de una postura moral ante tal encrucijada. A partir del texto de Victor Hugo “La gente pobre”, Guédiguian nos presenta a un Michel que se ha visto obligado a prejubilarse en los astilleros de L’Estaque, y a su mujer Marie-Claire que ya da por criada a la prole. Ahora planean un viaje largamente soñado y siempre pospuesto al continente africano, regalo de sus hijos por su trigésimo aniversario de bodas y también ilusión de toda una vida que por fin parece cumplirse. Sin embargo, pronto descubrirán que las cosas no siempre suceden como uno tiene previsto, que hay gente que necesita algo más que unas vacaciones en el Kilimanjaro, y que existen otras maneras más reconfortantes de ser felices.
De esa forma, el director supera el ámbito de lo legal que el código civil o penal pudiera tipificar, para hablar al corazón de sus personajes —y de los espectadores— y hacerles entender que hay circunstancias que pueden explicar e incluso justificar algunos actos no del todo apropiados. Un despido, un robo o una agresión pueden esconder mucho drama y sufrimiento personal, como le sucede al muchacho de la historia y a sus hermanos pequeños. Y una ayuda, un detalle o una caricia pueden significar algo más que la fría resolución de un problema ajeno, porque el primer beneficio queda en quien lo lleva a cabo.
Lo de este Ayuntamiento es para que se lo miren. ¿Como se les ocurre ahora bajarse de este carro?
Espero que rectifiquen.
Begoña
Hasta el moño de esta raza de políticos que después de como se las han gastado, ahora dicen estar empeñados en cuadrar las cuentas olvidándose de las necesidades de las personas.
Hasta el moño de esta raza de políticos que después de como se las han gastado, ahora dicen estar empeñados en cuadrar las cuentas olvidándose de las necesidades de las personas.
Y yo de estos concejalillos que no hacen mas que repetir los eslogan que lanzan sus jefes del partido, especialmente la disculpa ante cualquier propuesta de que nada se puede hacer por la crisis.
Vaya película mas maja que os habéis marcado.Me ha encantado.
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