Desde Ortuella: Lo que quiero sin querer // Iñaki Beitia.
domingo, 27 de enero de 2013
Así de bonita ha quedado la sauceda:
Puedes descargarte todas las fotos de esta jornada de trabajo desde aquí
Gracias Belen por todo tu material.
3 comentarios:
Anónimo
dijo...
El voluntariado tiene sus detractores y defensores. Los detractores fundamentalmente alegan que esos trabajos los deben hacer los organismos oficiales y que parece como si se les quitase trabajo a algunas personas. Puede ser, aunque considero que es un planteamiento erroneo. Esa visión del mundo quiere limitar nuestra vida a un lugar donde no existe la iniciativa de grupo, como si todo debiera pasar por el estrecho mundo de la política. Ellos deciden, nosotros pagamos y votamos cada cuatro años. Un ayuntamiento puede que no tenga ninguna prioridad para adecentar un lugar o hacer cualquier otra cosa, pero puede existir un grupo que si tiene interés particular en promocionar algo, una actividad o un lugar. Si ese grupo consigue conectar con la sociedad donde radica hará que esa actividad arraigue y atraiga las miradas de los políticos. Por ello el voluntariado nunca debe sustituir los espacios que siempre han tenido prioridad en el mundo de lo oficial, pero si tiene todo un campo en promocionar aquello que la política ha olvidado. Este es el caso de La Balsa. Un lugar olvidado y no prioritario que con una actividad de grupo se ha conseguido rescatar y adecentar sumando además la llamada de atención del mundo de la política. Nunca la limpieza de las calles del publo será una actividad de voluntariado ya que eso pertenece al mundo oficial. La pregunta radica en saber cuando una actividad debe ser abandonada por el voluntariado y esta integrarse en el mundo oficial y quedar a su cuidado. Con el cine estuvo a punto de suceder pero desde la oficialidad la respuesta nunca fue seria y decidimos no abandonar hasta que se viese un tratamiento correcto. Fue un acierto ya que actualmente vemos como han retirado las subvenciones abandonando el cine en manos del voluntariado. Rafa
3 comentarios:
El voluntariado tiene sus detractores y defensores. Los detractores fundamentalmente alegan que esos trabajos los deben hacer los organismos oficiales y que parece como si se les quitase trabajo a algunas personas.
Puede ser, aunque considero que es un planteamiento erroneo.
Esa visión del mundo quiere limitar nuestra vida a un lugar donde no existe la iniciativa de grupo, como si todo debiera pasar por el estrecho mundo de la política. Ellos deciden, nosotros pagamos y votamos cada cuatro años. Un ayuntamiento puede que no tenga ninguna prioridad para adecentar un lugar o hacer cualquier otra cosa, pero puede existir un grupo que si tiene interés particular en promocionar algo, una actividad o un lugar. Si ese grupo consigue conectar con la sociedad donde radica hará que esa actividad arraigue y atraiga las miradas de los políticos. Por ello el voluntariado nunca debe sustituir los espacios que siempre han tenido prioridad en el mundo de lo oficial, pero si tiene todo un campo en promocionar aquello que la política ha olvidado.
Este es el caso de La Balsa. Un lugar olvidado y no prioritario que con una actividad de grupo se ha conseguido rescatar y adecentar sumando además la llamada de atención del mundo de la política. Nunca la limpieza de las calles del publo será una actividad de voluntariado ya que eso pertenece al mundo oficial. La pregunta radica en saber cuando una actividad debe ser abandonada por el voluntariado y esta integrarse en el mundo oficial y quedar a su cuidado.
Con el cine estuvo a punto de suceder pero desde la oficialidad la respuesta nunca fue seria y decidimos no abandonar hasta que se viese un tratamiento correcto. Fue un acierto ya que actualmente vemos como han retirado las subvenciones abandonando el cine en manos del voluntariado.
Rafa
Buen trabajo!!!
Auzolana, ohitura bikaina. Aurrera.
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