Un hombre mayor y que vivía solo, quería labrar la tierra del jardín para poder plantar flores, pero era un trabajo muy duro y pesado para su edad. Su único hijo, que normalmente le ayudaba en este trabajo, estaba en la cárcel.
El anciano le escribió la siguiente carta contando su dificultad:
"Querido hijo, estoy triste porque este año no podré plantar el jardín. Me fastidia no poder hacerlo, porque a tu madre le encantaban las flores, y este es el momento ideal para hacerlo.
Soy muy viejo para cavar la tierra. Si te tendría por aquí no había problema, pero sé que no me puedes ayudar estando preso... ¿Como estas hijo.? ...con amor . Tu padre".
Poco después el padre recibió el siguiente telegrama: “!Por amor de Dios, papa no caves el jardín... fue ahí donde enterré los cadáveres!!”
A las cuatro de la mañana del día siguiente, una docena de policías y agentes del FBI llegaron a la casa y excavaron todo el jardín, sin encontrar ningún cuerpo.
Confuso el anciano escribió una carta al hijo, contando lo que le habia pasado a lo que el hijo le contestó:
"Ahora ya puedes plantar el jardín, papá. Desde aquí es lo máximo que puedo hacer..."
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