En un lejano país existió hace muchos años una oveja negra.
Fue fusilada.
Un siglo después, el rebaño arrepentido le levantó una estatua ecuestre que quedó muy bien en el parque.
Así, en lo sucesivo, cada vez que aparecían ovejas negras eran rápidamente pasadas por las armas para que las futuras generaciones de ovejas comunes y corrientes pudieran ejercitarse también en la escultura.
La muerte es cultura.
Augusto Monterroso
2 comentarios:
Sencillamente demoledor. Hacia que no lo leia y me he quedado igual que cuando lo pillé por vez primera.
Que pasada!!!
Estoy enganchadísima a tus cuentos!!!
Que buenos!!
Eso si, yo te "robo" algunos para ponerlos tambien en mi blog jejeje !!
Espero que sigais así por mucho tiempo más.
Amanda
Publicar un comentario