Esta es la alternativa que tuvo que elegir el protagonista de esta anecdota-chiste que os relato:
Un “niño” de 35 años le dice a su madre: Madre, he tenido un sueño horroroso. Se trataba de que estaba toda la casa llena de sal y en la siguiente imagen salías tu dándome de mamar a mi. No es que esté preocupado, pero me parece un sueño muy extraño!
Hijo, dice la madre, de los sueños no tienes que preocuparte. Basta con saber interpretarlos y quedarte con el mensaje. Y, en este caso, ¿cuál sería el mensaje, madre? Muy sencillo, hijo mío: ¡SAL DE CASA, MAMÓN!
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Esta es la alternativa que tuvo que elegir el protagonista de esta anecdota-chiste que os relato:
Un “niño” de 35 años le dice a su madre:
Madre, he tenido un sueño horroroso. Se trataba de que estaba toda la casa llena de sal y en la siguiente imagen salías tu dándome de mamar a mi.
No es que esté preocupado, pero me parece un sueño muy extraño!
Hijo, dice la madre, de los sueños no tienes que preocuparte. Basta con saber interpretarlos y quedarte con el mensaje.
Y, en este caso, ¿cuál sería el mensaje, madre?
Muy sencillo, hijo mío:
¡SAL DE CASA, MAMÓN!
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